El doctor Antonio Rodán, de la Universidad de San Pablo CEU, explicó como diferenciar los distintos tipos, leves o graves, para actuar al respecto.
Antonio Rodán González, profesor de la sección de Optica, Optometría y Audiología de la Facultad de Farmacia de la Universidad San Pablo CEU, impartió una charla sobre la atención al Ojo Rojo en la oficina de farmacia en el Colegio de Farmacéuticos de Toledo. El vocal de Óptica del COF ...
Antonio Rodán González, profesor de la sección de Optica, Optometría y Audiología de la Facultad de Farmacia de la Universidad San Pablo CEU, impartió una charla sobre la atención al Ojo Rojo en la oficina de farmacia en el Colegio de Farmacéuticos de Toledo. El vocal de Óptica del COF Toledo, José Angel Dorrego, presentó al ponente.
Rodán expuso los diferentes patrones del ojo rojo, para saber diferenciarlos y ver a qué patología y disfunciones pueden estar asociadas, actualizando a los profesionales sobre los protocolos de actuación que puede haber desde el punto de vista del farmacéutico, bien actuando él mismo, o derivando al oftalmólogo o el óptico optometrista. Hay que tener en cuenta que el ojo rojo es uno de los problemas o queja principal que más frecuentemente se da en la consulta de Oftalmología de Atención Primaria y en la oficina de farmacia.
Destaca la conjuntivitis como la de máxima prevalencia, y en esta época del año, más aún por las alergias, etc, que suelen ser leves; luego hay patologías más severas como glaucoma y queratitis. Y el ojo rojo puede deberse también al estrés, hipertensión, o problemas internos como enfermedades de tipo reumático, o alteraciones de la presión ocular, traumatismos, etc.
El doctor Antonio Rodan deja claro que hay que hacer un buen diagnóstico diferencial, porque no es lo mismo un enrojecimiento ocular debido a una conjuntivitis que a un glaucoma. Y que en determinados casos más graves, puede traer aparejado dolor agudo o nauseas.
Como ahora estamos mucho tiempo con androides y ordenadores, dejó claro que el llamado “síndrome de visión por ordenador” indica que nuestra frecuencia de parpadeo disminuye por el uso excesivo de tecnologías de la información, de forma que se evapora la lágrima más rápidamente y se produce un enrojecimiento del ojo, y expuso que cuando se esté con móviles, tablets u ordenadores portátiles se procure siempre tener luz y no sólo la de los aparatos que se miran.
