La farmacia, principal punto de consulta antipiojos

Con el nuevo curso escolar, llega a casa un nuevo temor: los piojos. Aunque las altas temperaturas han hecho aumentar las posibilidades de infestación también en verano, la vuelta al colegio sigue siendo un momento crítico. No entienden ni de clase social, ni son un signo de mala higiene, y, una vez entran en casa, todos están expuesto a ellos. El control y una buena aplicación del tratamiento son clave para acabar con ellos.

11/10/2016

La vuelta al colegio: momentos de reencuentro, nuevos profesores, nuevos compañeros y… ¿piojos? Aunque, en realidad, en edad escolar son una amenaza durante prácticamente todo el año y el contagio en época vacacional ha aumentado debido a las altas temperaturas y la variedad de actividades que se practican; el inicio ...

La vuelta al colegio: momentos de reencuentro, nuevos profesores, nuevos compañeros y… ¿piojos? Aunque, en realidad, en edad escolar son una amenaza durante prácticamente todo el año y el contagio en época vacacional ha aumentado debido a las altas temperaturas y la variedad de actividades que se practican; el inicio del curso hace saltar todas las alarmas.

Por sus hábitos, los niños y niñas de entre tres y once años son los que más riesgo de contagio tienen. Las estadísticas son mayores en ellas, pues el contacto cabeza con cabeza es más frecuente al realizar juegos más tranquilos; pero, en general, se calcula que uno de cada cuatro o cinco niños se contagiará durante el curso.

Los piojos viven de la sangre humana, la ingieren varias veces al día y su olor los atrae. No vuelan ni saltan, pero se desplazan fácil y rápidamente por el cabello seco, de un pelo a otro. Así, la principal causa de contagio es el contacto cabeza con cabeza, más que por “objetos transportadores” (peines, sombreros, ropa…), que también pueden ser el origen. No es extraño pues, la rapidez con la que una clase entera puede infestarse y, consecuentemente, los familiares de sus alumnos. 

Atrás quedan, sin embargo, los estigmas del pasado: tener piojos no es causa de pertenecer a una determinada clase social ni es un indicativo de mala higiene. Es más, los piojos “prefieren” un pelo limpio a uno sucio, pues, en el primer caso, el olor puede ser más intenso y propiciar que los insectos quieran pegarse a él. Los huevos del piojo femenino se adhieren al pelo con una sustancia insoluble al agua. En ello no influye ni la longitud del pelo o el tipo de peinado, ni la frecuencia de uso de champús. El picor es la respuesta inmune de nuestro cuerpo a la saliva desprendida en la mordida del piojo. Si los pequeños lo expresan o comunican la sensación de que “algo se mueve en la cabeza”, no hay que perder tiempo y conseguir el tratamiento adecuado.

La farmacia, el canal de consulta

Aunque la sensación de picor sea intensa y evidente y puede haber seguridad de presencia de piojos, siempre se presentan dudas. Para resolverlas, la farmacia es el canal de consulta preferido. El farmacéutico ofrece consejo, recomienda tratamientos desde el conocimiento e informa sobre la aplicación y uso del producto elegido.

Tal y como apunta la Asociación Española de Pediatría (AEP), el tratamiento antipiojos incluye pediculicidas, la eliminación mecánica de piojos y liendres y, posiblemente, medidas ambientales para prevenir la transmisión de la reinfestación (lavado de ropa, accesorios…). Tras una identificación de los piojos vivos y de los huevos fecundados, además de las liendres; el tratamiento pediculicida con permetrina al 1% en crema y loción es la opción más popular, con una gran eficacia. Más allá de ésta, el abanico de preparado comerciales es amplio, pues es un área recurrente y los laboratorios invierten esfuerzos significativos en él para no quedarse atrás y cumplir con las necesidades y exigencias del paciente. Encontramos soluciones con distintos activos como el Malation 0,5% (Filvit loción antiparasitaria), Permetrina 5% (OTC crema) o Actividol 1% (Neositrin Protect), entre muchos otros.

Del mismo modo que la eficacia es importante, lo es que el producto no resulte agresivo. Se procuran fórmulas hipoalergénicas  y que sean bien toleradas en general, especialmente en casos de pieles sensibles y atópicas. Además, mientras, hace no muchos años, los pequeños temían por igual el contagio que los métodos de prevención y desinfección, pues las colonias y champús no destacaban por su perfume; actualmente, las lociones capilares y la mayoría de formatos desprenden una fragancia agradable. El producto es atractivo tanto para los más pequeños, como para los padres, que en ocasiones acabarán aplicándoselo a ellos mismos. 

Más allá de la loción: la lendrera

Tras la aplicación de la crema, la loción o el champú (en este orden de preferencia, según la AEP), el peinado determinará si el tratamiento ha sido eficaz. Para ello, se recomienda completar el tratamiento con el uso de la lendrera para eliminar los piojos vivos, ninfas y liendres. Al estar el pelo húmedo, son más vulnerables, fáciles de identificar y de eliminar. Os días siguientes, debe peinarse meticulosamente cada área del pelo hasta asegurar la erradicación total. Si no se obtienen piojos, se supone que el tratamiento ha sido eficaz. Si se obtienen sólo uno o dos piojos adultos, puede tratarse de una reinfestación o puede ser que exista una cierta resistencia. Si, en cambio, se siguen observando varios piojos, tanto jóvenes como adultos, debe plantearse emplear un pediculicida diferente. En el mejor de los casos, siempre se recomienda repetir el tratamiento a la semana: sólo así se asegurará una cabeza libre de piojos.

Con todo, siempre hay la posibilidad de la prevención y nunca está de más. Existen también productos para ayudar a protegerse del contagio, generalmente fórmulas repelentes. Prevenir, controlar y – sobre todo – comunicar, ayudará a que, aunque se de el caso de contagio, el mal siempre sea menor a no hacerlo. 

Autor: IM Farmacias
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