"Representamos un importante potencial para las administraciones"

Desde que comenzara como farmacéutico hace más de 22 años, Rodolfo Hernández aún conserva la misma ilusión de sus primeros años. “La farmacia ha formado parte de mi vida desde que nací. De la mano de mi padre, también farmacéutico, he vivido y aprendido lo que esta profesión significa: dar consejo profesional a los demás para mejorar su calidad de vida”.

La tradición familiar se remonta a 1879, cuando su bisabuelo inauguró la antigua botica riojana. Actualmente, Rodolfo regenta una oficina de farmacia en un pequeño municipio riojano. Que posee poco más de dos mil habitantes y una población con muchas necesidades relacionadas con la salud, polimedicada y muy envejecida. “La diferencia de la farmacia rural con respecto a la urbana está en una mayor implicación del personal con el paciente, que en ocasiones, es vecino e incluso amigo”.

No obstante, tanto una como otra, deben evolucionar con el tiempo. “Es esencial que cada farmacia se especialice en unas determinadas áreas en función del perfil de paciente. No podemos seguir trabajando con los métodos de antaño”. En esta evolución, los farmacéuticos deben de poner en valor su trabajo. “Representamos un importante potencial para las administraciones, y esto debemos de hacerlo valorar, ya que las farmacias aportan y pueden aportar mucho a la salud pública”.

En este sentido, el futuro de la farmacia se dirige a la integración del control y el seguimiento de pacientes, la implantación de campañas preventivas, etc., y no limitar su función a la dispensación de fármacos. “Los servicios complementarios son muy útiles y esenciales desde el momento en que el paciente los demanda. No obstante, debemos recordar que el medicamento es lo que nos define, y en lo que somos especialistas”.

Rodolfo apuesta por invertir en las nuevas áreas de especialización siempre y cuando estos servicios sean remunerados. “Lo gratis, ni es cierto, ni es viable a largo plazo. Si queremos que la farmacia sea sostenible en el futuro, el medicamento será la base que todos estos servicios complementarios”. Para ello, ha puesto en marcha en su farmacia los SPDs, el control nutricional, el dermoasesoramiento y las fórmulas magistrales, con gran aceptación por parte de los pacientes. 

La incidencia de la recortes ha obligado a los profesionales a ser más eficientes con los mismos recursos económicos que disponía antes de la crisis. Medidas como el copago han sido positivas, ya que han contribuido a que el paciente tome conciencia del valor del medicamento. Sin embargo, los impagos “nunca deben entenderse como medida de recorte, sino como fruto de una mala gestión de los recursos, donde se ha descuidado la necesidad básica de fármacos para la población”.

Para contrarrestar estos efectos es esencial que se invierta en la formación de los profesionales. “Debemos estar actualizados si queremos ser competitivos. En nuestro caso, Sanifarma nos ayuda, tanto en formación, como en el desarrollo de campañas sanitarias, también los laboratorios y el COF de La Rioja”.

Rodolfo se despide con un mensaje positivo. “Siempre hay que mirar al futuro con optimismo, siendo consciente de los retos que se nos presentan. En este camino será muy importante que la administración dote de la sostenibilidad necesaria a la farmacia”.