La Federación Internacional Farmacéutica (FIP) lanzó, en su Conferencia Mundial sobre Farmacia y Educación en Ciencias Farmacéuticas, una estrategia para transformar la educación farmacéutica y la fuerza laboral de la farmacia. El objetivo es satisfacer las futuras necesidades de Salud a nivel mundial.
El cambio es vital si los farmacéuticos y los científicos farmacéuticos van a hacer frente a los desafíos planteados por las nuevas, y emergentes, necesidades de los pacientes y de la sociedad civil. La semana pasada, la FIP comunicó en su Conferencia Mundial sobre Farmacia y Educación en Ciencias Farmacéuticas, ...
El cambio es vital si los farmacéuticos y los científicos farmacéuticos van a hacer frente a los desafíos planteados por las nuevas, y emergentes, necesidades de los pacientes y de la sociedad civil. La semana pasada, la FIP comunicó en su Conferencia Mundial sobre Farmacia y Educación en Ciencias Farmacéuticas, en Nanjing (China), comunicó que su visión global para la educación farmacéutica y la fuerza de trabajo busca el liderazgo necesario para mejorar los resultados de los pacientes y cerrar las brechas en el desarrollo, en la distribución y en el uso responsable de los medicamentos. De hecho, Carmen Peña, su presidenta, señaló que “no hay futuro para la farmacia ni para la Sanidad sin la transformación de la educación farmacéutica”.
En la FIP creen que esto sólo puede lograrse apoyando y desarrollando altos niveles de educación y capacitación y con una fuerza laboral adaptable, diversa, comprometida con el aprendizaje permanente y preparada para liderar el cambio en la práctica. “Nuestra idea es que todos los pacientes tengan acceso a la mejor atención farmacéutica a través de una mano de obra farmacéutica de alta calidad. No puede haber atención de calidad sin una fuerza de trabajo debidamente calificada”, manifestó William Charman, presidente de FIP Education.
La estrategia se acompaña de un conjunto de 13 objetivos de desarrollo de la fuerza laboral farmacéutica, que establece las directrices para la acción y proporciona una plataforma para obtener el apoyo financiero necesario, tanto de fuentes públicas como privadas, para hacerla realidad. Los objetivos se dividen en tres categorías de enfoque: proveedores de educación; la fuerza de trabajo; y la política, la estrategia, la planificación y el seguimiento. “Con esta estrategia y con estos objetivos estamos proporcionando una meta, la aspiración de transformar la educación farmacéutica. Sin embargo, su relevancia depende de la capacidad de traducirlas en estrategias y planes de acción nacionales. Creemos que esta conferencia es el primer paso que allanará el camino para la transformación progresiva en países de todo el mundo, para que la farmacia pueda trabajar con otros y contribuir a una agenda más amplia de la fuerza laboral de Salud”, añadió Charman.
