Aristo Pharma concluye su Camino de Santiago solidario con un proyecto de Farmacéuticos Sin Fronteras  

Llamaban la atención con sus chubasqueros amarillos y sus camisetas también amarillas. Se convirtieron en una marea amarilla. Tras hacerse fotos delante de la catedral de Santiago de Compostela, los 200 empleados de Aristo Pharma fueron este sábado a la Hospedería San Martín Pinario para el acto de entrega del cheque a Farmacéuticos Sin Fronteras para la construcción de un laboratorio clínico en el Centro Pediátrico Marie Poussepin de Haití.

Joachim Teubner, director general de Aristo Pharma Iberia, que anduvo los cinco kilómetros finales junto a sus compañeros y anteriormente los de otro tramo, anunció que la cantidad donada es de 10.120 euros y entregó el cheque a Ángel Acisclo Huélamo, director técnico de Farmacéuticos Sin Fronteras España. Teubner recordó en el acto de entrega que los protagonistas son los empleados que han participado en la iniciativa. Señaló que ésta se asienta en tres ideas. Primero, en dar a conocer Diltix, un producto que combate el dolor y que es ideal para los peregrinos que llevan a cabo el Camino de Santiago. “Queríamos que todas las farmacias del Camino conozcan el producto, lo tengan y lo puedan recomendar a sus pacientes”, dijo. En segundo lugar, el objetivo era hacer “un proyecto solidario, con un proyecto en concreto”, como el de montar el citado laboratorio en el centro pediátrico. Por último, el tercer motivo era “hacer algo con todo el personal de Aristo Pharma y de Medinsa para que la gente de diferentes departamentos se conociera mejor”. “Estamos en un camino en Aristo Pharma en el que sabemos dónde queremos llegar. Nuestro capital es el personal. La gente ha salido con muchas ganas y ha vuelto con mucha ilusión”, expresó. De esta manera, fueron los propios trabajadores quienes dieron conocer el laboratorio más allá de la parte de negocio. El lema del proyecto ha sido Aristo camina.

Huélamo, que igualmente recorrió este sábado los cinco kilómetros desde el Monte do Gozo hasta la Plaza del Obradoiro –junto con Belén Marrón, responsable de Comunicación de Farmacéuticos Sin Fronteras– agradeció al laboratorio como entidad y a Teubner y a los empleados por el interés por el proyecto. “Es la primera vez que colaboramos con alguien y hay una implicación de toda la plantilla”, se congratuló. A su juicio, “una entidad sola puede caminar rápido, pero juntos vamos mucho mejor”. Enfatizó en el beneficio que obtendrán los usuarios del centro pediátrico.

De jueves a domingo, durante los últimos meses, desde el 18 de mayo, los empleados caminaron tramos de unos 20 kilómetros al día del Camino de Santiago francés, desde Pamplona hasta Santiago. A lo largo de cada etapa, los grupos visitaron las farmacias de su recorrido y se hicieron fotos con los farmacéuticos. En total, 950 kilómetros recorridos y 250 farmacéuticos contactados por todos ellos, superando con creces las expectativas iniciales de la compañía.

Patricia Manteca, farmacéutica voluntaria de Farmacéuticos Sin Fronteras, que estuvo en el terreno, en Haití, en septiembre, expuso a los trabajadores los pormenores del proyecto solidario. “Uno de los mejores programas que tiene la clínica es el de nutrición. Mi trabajo en el laboratorio consistió en llamar y pelearme con los almacenes para recoger el material”, relató. Mientras esperaban ella y otros voluntarios a la recepción del material, iban a las escuelas para que los niños pudieran desayunar. Contó cómo fue todo el proceso, paso a paso, para organizar el laboratorio.

Los ciudadanos haitianos no cuentan con Seguridad Social y la miseria económica, unida a la inestabilidad política que reina en el país, conlleva una situación cada vez más precaria del sector salud. Sólo el 40% de los niños haitianos puede acceder efectivamente a los servicios sanitarios, y la mortalidad infantil es muy alta debido principalmente a enfermedades como la diarrea, infecciones respiratorias, paludismo, tuberculosis y VIH. Poniendo en marcha este laboratorio clínico, y dotándolo de los equipos y reactivos necesarios, se ayuda no sólo a los pacientes del propio centro pediátrico sino también a las casi 100.000 personas que habitan en Croix de Bousquets, además de la población infantil y adulta de lugares cercanos.