I Jornada Andaluza de Dermofarmacia: La dermofarmacia no es vender cremas

Los farmacéuticos andaluces subrayan la orientación sanitaria de la dermofarmacia, que de hecho está orientada al cuidado de la piel de los pacientes, y recomiendan a éstos ponerse en manos de profesionales de la salud.

27/11/2016

“La dermofarmacia no es vender cremas, es un servicio genuinamente farmacéutico y orientado a la salud de las personas que protocolizado de acuerdo a una serie de estándares y criterios de calidad tiene muy poco que ver, por no decir nada, con lo que se hace fuera de la farmacia”. ...

La dermofarmacia no es vender cremas, es un servicio genuinamente farmacéutico y orientado a la salud de las personas que protocolizado de acuerdo a una serie de estándares y criterios de calidad tiene muy poco que ver, por no decir nada, con lo que se hace fuera de la farmacia”. Así de rotundo se mostró Antonio Mingorance como presidente del Consejo Andaluz de Colegios de Farmacéuticos, ante los 400 farmacéuticos que acudieron a la I Jornada Andaluza de Dermofarmacia, promovida por la Vocalía de Dermofarmacia del Consejo Andaluz de Colegios de Farmacéuticos. De esta manera, reivindicó el papel de los farmacéuticos en el cuidado de la piel, después de subrayar la necesaria orientación sanitaria de la dermofarmacia y de recomendar a los pacientes ponerse en manos de profesionales de la salud.

Las farmacias andaluzas ya reciben más de cuatro millones de consultas anuales relacionadas con la piel, tres consultas diarias por farmacia, y la confianza en el farmacéutico como profesional de la salud es el resorte clave que está impulsando la creciente demanda de este servicio en las boticas. “Un servicio orientado a la salud de las personas, que puede ayudar en patologías como la queratosis actínica o la psoriasis… o en la piel que ha sufrido tras un tratamiento con quimio. Que puede ayudar en el embarazo o a cuidar la piel del niño recién nacido…, y siempre a través de una actuación farmacéutica protocolizada que busca proporcionar salud física y bienestar emocional”, reflexionó Mingorance.

Las consultas que se reciben en la farmacia van desde las relacionadas con problemas de la piel que requieren tratamiento, como la psoriasis, el acné o la rosácea, a las relativas a los cuidados en etapas especiales como el embarazo, la lactancia, o la infancia. A lo largo de la jornada se habló de estas patologías, así como de otras cuestiones claves en la atención relacionada con el cuidado de la piel. Una de las que suscitó mayor interés fue el uso de los dermoanalizadores, sobre el que versó la intervención de Gema Herrerías. Esta farmacéutica sevillana, referente de la dermofarmacia, indicó que se trata de “una herramienta clave en la actuación farmacéutica en dermofarmacia, ya que permite realizar un control en los pacientes”. Asimismo, manifestó que el análisis cutáneo y capilar mejora la calidad de la dispensación de los productos dermofarmacéuticos, ya que analiza y determina el estado de situación en ese momento. “Gracias a esta tecnología se pueden resolver situaciones referentes a problemas de salud dermatológicos como oscurecimiento de manchas durante el tratamiento despigmentante, diferenciación entre rosácea o acné, caspa grasa de dermatitis seborreica o psoriasis, reconocimiento de lesiones como lentigos solares, queratosis seborreicas o queratosis actínicas, que son criterios de derivación al médico especialista”, concluyó.

Durante la Jornada también se abordó la cosmetovigilancia, área en la que se puso de manifiesto que resulta recomendable notificar a la Agencia Española de Medicamentos ante un efecto no deseado por el uso del producto cosmético (reacción adversa para la salud humana atribuible a la utilización normal o razonablemente previsible del cosmético), mientras que resulta obligatorio notificar ante un efecto grave no deseado por el uso del producto cosmético (en condiciones de uso normales, incapacidad funcional, temporal o permanente, discapacidad, hospitalización, anomalía congénita, riesgo inmediato para la vida o muerte). Además, la farmacia debe notificar a las autoridades competentes.

Uno de los momentos en los que se producen más consultas al farmacéutico en materia de demorfarmacia es durante el embarazo, y también se trató durante la Jornada, poniéndose de manifiesto que “la fotoprotección y la fotoevitación son claves en la prevención de los problemas en la piel de la embarazada” y destacándose la capacidad del farmacéutico de “conocer las dermatosis más frecuentes para poder derivar al médico, si procede, ya que algunas de ellas pueden implicar riesgo materno-fetal”. A pesar de que todos los medicamentos deben ser usados con precaución, en el embarazo algunos poseen un beneficio-riesgo aceptable y su uso puede ser necesario en determinadas afecciones dermatológicas.

En relación a la psoriasis, se apuntó la importancia de la adherencia al tratamiento para el control de la patología, campo en el que el farmacéutico puede jugar un papel fundamental por su mayor cercanía y conocimiento del paciente. Sobre el acné, se hizo hincapié en la idoneidad de la farmacia comunitaria como centro de referencia para el manejo de esta dermatológica, la más frecuente en la adolescencia, que puede llegar a requerir de derivación al médico especialista en caso necesario. Finalmente, en relación a la rosácea, se remarcó la labor que puede realizar el farmacéutico en el seguimiento farmacoterapéutico individualizado del paciente y en el control de la evolución de la patología.

Por último, la jornada promovida por el Consejo Andaluz analizó la dermofarmacia desde un punto de vista de la gestión y de la comunicación. Se insistió en la necesidad de prestar un servicio diferenciado, así como en la oportunidad de llevar el consejo farmacéutico al entorno digital y social media, poniendo siempre al usuario en el centro de esa comunicación.

Autor: IM Farmacias
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