¿Cómo ha evolucionado el papel del farmacéutico? ¿Hacia dónde se dirige la farmacia como espacio de salud? A pie de calle, en contacto directo con los profesionales del sector, buscamos respuestas a éstas y otras preguntas clave.
Desde que heredara de su madre la vocación del farmacéutico, Rafael Millán ejerce su profesión con gran dedicación y esmero. “Desarrollamos una labor muy agradecida, de muchas recompensas. El contacto habitual con los clientes es muy satisfactorio, más aún cuando logras dar respuesta a sus dudas y a sus problemas ...
Desde que heredara de su madre la vocación del farmacéutico, Rafael Millán ejerce su profesión con gran dedicación y esmero. “Desarrollamos una labor muy agradecida, de muchas recompensas. El contacto habitual con los clientes es muy satisfactorio, más aún cuando logras dar respuesta a sus dudas y a sus problemas de salud”.
Su oficina está ubicada en uno de los barrios más castizos de la capital cordobesa. “Se trata de la farmacia de toda la vida, a la que acude la misma clientela desde hace muchos años y donde todos nos conocemos y mantenemos una relación de confianza fuerte, lo cual nos ayuda a tener un conocimiento de las personas bastante amplio, y ajustar el tratamiento a sus necesidades”.
A pesar de que el modelo farmacéutico se ha transformado sustancialmente en los últimos años como consecuencia de los cambios manifestados en la sociedad, el medicamento sigue siendo el elemento consustancial a la farmacia. “La farmacia está viviendo un cambio paralelo al experimentado en lo social, nos estamos adaptando a las exigencias que nos demandan nuestros pacientes. Pero no debemos olvidar que el farmacéutico es el especialista del medicamento, que es de venta exclusiva en farmacia, y eso nos hace ser responsables de él, de su custodia y de los problemas que puedan surgir de su uso”.
Además del medicamento –que debe suponer una premisa irrenunciable para cualquier profesional farmacéutico–, la farmacia se configura hoy en día como un centro sanitario que debe fomentar hábitos saludables, y colaborar con las administraciones en todo lo relacionado con el buen uso del medicamento. “La sociedad está demandando servicios como MAPA en control de la tensión o las SPD que ayudan a la adherencia al tratamiento junto a otros programas dirigidos a la deshabituación tabáquica. Éstos son servicios en alza, y el farmacéutico está perfectamente capacitado para realizarlos e implantarlos en la farmacia”.
Andalucía ha sufrido especialmente las consecuencias de la crisis con medidas tan perjudiciales para la labor farmacéutica como la subasta de medicamentos. “Lo que realmente nos preocupa son las medidas que nos diferencian del resto de farmacias de España como es el caso de la subasta, y lo único que pido es que se resuelva ya a nivel judicial y podamos tener un marco legal estable. Esto es esencial para desempeñar nuestro trabajo de manera equilibrada y ecuánime”.
A pesar de estas contrariedades que sin duda dificultan la labor farmacéutica porque atañen directamente a la tarea diaria desarrollada por los profesionales, Rafael confía en la fortaleza del modelo de farmacia. “Hemos sido capaces de evolucionar y transformarnos a lo largo de los siglos. Los cambios representan una oportunidad para seguir creciendo, porque disponemos de los conocimientos necesarios para adaptarnos a nuevas situaciones”. En cuanto al futuro: “Es prometedor, porque el cambio en la pirámide generacional y en la estructura familiar unido a las nuevas tecnologías van a impulsar una mayor profesionalización y la implementación de servicios profesionales que den respuesta a las nuevas demandas de nuestra sociedad”.
