Castilla-La Mancha, comunidad pionera al pedir una estrategia farmacéutica nacional

Tras su participación en la VI Conferencia de Presidentes Autonómicos, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, mostró su satisfacción por los acuerdos alcanzados en torno a la estrategia demográfica y la toma en consideración de la política fiscal de las comunidades autónomas en el nuevo Sistema de Financiación Autonómica, así como los avances consensuados sobre la limitación de las ofertas de empleo público de cada autonomía. Alabó especialmente la propuesta gubernativa de eliminar la tasa de reposición de los profesionales de la sanidad, entendiendo que será una cuestión que deberá estar regulada por ley.

En cuanto a la reformulación que habrá que hacer de la Financiación Autonómica, el presidente consideró la reunión como un paso muy importante  de cara a valorar de forma real y efectiva los costes asistenciales. No obstante, García-Page adelantó que el debate sobre el futuro de la financiación será difícil, complejo y controvertido. Al mismo tiempo reconoció, sin embargo, el valor de este avance sobre la valoración de los servicios públicos que se prestan de manera igualitaria en todos los territorios. Un paso trascendental, en su opinión, gracias al que, a partir de ahora, tendrán un peso específico en la evaluación aspectos tan relevantes para Castilla-La Mancha como la población, la edad de la misma, su dispersión geográfica o la condición rural de muchos de sus ciudadanos.

En virtud de los acuerdos suscritos en la conferencia, este 17 de enero, las CCAA podrán contar con un nuevo modelo de financiación en 2018. Con el mismo, la financiación para capítulos como la Sanidad, o la Dependencia, aparecerá perfectamente definida. De la misma forma se podrá tener un mayor conocimiento sobre el gasto farmacéutico, asunto fluctuante e inesperado muchas veces, además de gran condicionador del capitulo del gasto sanitario en el que está englobado. En ese sentido, el cambio será positivo en opinión de García-Page, para acercar el modelo a los gestores autonómicos, teniendo en cuenta que es el Estado el factor que determina finalmente que un medicamento entre o no en la lista.

Para el presidente de Castilla-La Mancha, la conferencia autonómica fue la oportunidad de compartir con el resto de responsables estatales la necesidad de contar con una estrategia farmacéutica nacional. Un proyecto colectivo basado en el respeto y la lealtad institucional, en el que las regiones consensúen qué medicamentos utilizar en todo el territorio y que el Estado evite cargar a las autonomías con costes que no puedan asumir. De la misma forma que cualquiera de las partes que actúe al margen de los acuerdos consensuados, se haga inmediatamente responsable de costear la diferencia.