"Los graduados en Farmacia no saben lo suficiente sobre asistencia"

Tras toda una vida dedicada a la enseñanza y a la investigación, el profesor Eduardo L. Mariño, candidato a las pasadas elecciones al Rectorado de la Universidad de Barcelona, nos habla de los retos de la Facultad de Farmacia del futuro.

01/02/2017

El principal reto según Eduardo L. Mariño es ofrecer una formación más orientada a la farmacia asistencial, en sus palabras, “una continuación de la farmacia clínica”, para preparar a los farmacéuticos del mañana. Licenciado en Farmacia por la Universidad de Salamanca en 1976 y doctorado en la misma en 1981, ...

El principal reto según Eduardo L. Mariño es ofrecer una formación más orientada a la farmacia asistencial, en sus palabras, “una continuación de la farmacia clínica”, para preparar a los farmacéuticos del mañana. Licenciado en Farmacia por la Universidad de Salamanca en 1976 y doctorado en la misma en 1981, el profesor Eduardo L. Mariño ha vivido por y para modernizar la  enseñanza de la Farmacia, introduciendola farmacia clínica en los planes de estudios y luchando por la asistencial. Hoy por hoy, Mariño se muestra satisfecho por el camino recorrido, pero tiene todavía fuerza para seguir batallando por aquello que considera esencial para el farmacéutico del mañana.

En 1988, Mariño se convirtió en Catedrático de Farmacia Galénica en la Universidad de Barcelona, ciudad a la que llegó con un proyecto vital claro: crear una Unidad de Farmacia Clínica en la Facultad de Farmacia, algo que logró en 1995, para completar unos estudios que gozaban, en aquel entonces, de un alto componente técnico, pero que estaban faltos de conocimientos basados en el uso y efecto del fármaco en el paciente.

Mucho ha llovido desde entonces, y el profesor Mariño ha visto cómo se creaban nuevas asignaturas y se conseguía introducir unas prácticas que contribuyen a solucionar este problema. Sin embargo, Mariño considera que estas prácticas, de seis meses en una oficina de farmacia, no son suficientes.

“Seis meses para aprender el oficio son demasiados, y así los estudiantes acaban sacando trabajo al farmacéutico pero sin aprender para su futuro”, asegura. En su opinión, una estructura más acertada sería “tres meses en una oficina de farmacia, dos meses en una oficina hospitalaria y un mes en atención primaria”.

Para leer entrevista completa, descargar el pdf. 

Autor: IM Farmacias
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