Ignacio Compairé (Huesca) conserva la tradición familiar con esmero y entrega. Desde que su bisabuelo abriera la antigua botica, son ya cuatro generaciones las que se han dedicado a mejorar la salud de uno de los barrios más castizos de Huesca. "Me encanta el trato con los pacientes. Mi trabajo ...
Ignacio Compairé (Huesca) conserva la tradición familiar con esmero y entrega. Desde que su bisabuelo abriera la antigua botica, son ya cuatro generaciones las que se han dedicado a mejorar la salud de uno de los barrios más castizos de Huesca. "Me encanta el trato con los pacientes. Mi trabajo es muy recompensante, porque las personas que acuden a la farmacia son muy agradecidas, y eso te llena de satisfacción".
Lleva tan sólo siete años siendo farmacéutico, pero lo suficiente para ser testigo de los grandes cambios que ha experimentado la farmacia actual. "He vivido muchas transformaciones en pocos años: la llegada de la receta electrónica, el copago, la desfinanciación de grupos de medicamentos, las bajadas de precios, etc. Y un sinfín de medidas más. En ese sentido, se nos está exigiendo más por menos dinero".
Como parte de estos cambios, la farmacia evoluciona a la par que lo hace la sociedad. "Nuestro entorno social está cambiando, y la farmacia tiene que adaptarse a lo que demandan los nuevos tiempos". Pero para ello es necesario "implicarse más en la profesión, defender a la botica de la manera más profesional posible. En mi caso, soy Vocal de Oficina de Farmacia en el COF de Huesca y Secretario en SEFAC Aragón, Navarra y la Rioja".
Además de una mayor implicación en los organismos de representación, la farmacia Compairé apuesta por los servicios complementarios, que, a pesar de que constituyen un porcentaje menor de las ventas que los medicamentos, permiten satisfacer las necesidades de los clientes. "Son servicios que cada vez están más presentes en nuestra farmacia. El problema es que se proporcionan también en otros canales diferentes a la farmacia comunitaria". Ignacio considera que son fundamentales para asegurar el futuro de la farmacia. "Si queremos atraer a la población, y diferenciarnos del resto, tenemos que especializarnos, actualizarnos y hacer valer nuestros conocimientos y buen trabajo".
Precisamente la incorporación de estos servicios profesionales contribuiría a dotar de mayor sostenibilidad a la farmacia, además de ofrecer un servicio más completo al ciudadano. "Estoy convencido de que el futuro de la farmacia española se dirige hacia la integración de una cartera de servicios farmacéuticos que aporte viabilidad económica, tal y como está pasando en otros países". Pero esta integración no puede llevarse a cabo de cualquier forma. "Es necesario que sean remunerados y que además estén bien definidos y protocolizados, al fin y al cabo somos un establecimiento sanitario".
Ignacio observa los próximos años llenos de oportunidades para un colectivo que ha salido fortalecido como consecuencia de la crisis. "Los farmacéuticos españoles estamos sumamente preparados para atender a la población, y para preservar el modelo de farmacia actual. Pero, para ello, será fundamental que se nos considere como agentes sanitarios y que se nos permita participar de forma activa en los equipos multidisciplinares".
