María José Villafranca (Teruel) lleva ejerciendo 26 años como farmacéutica en el municipio de Andorra, en Teruel. Con casi 9.000 habitantes, la región presenta una población envejecida en la que el farmacéutico es clave para asegurar la salud de sus conciudadanos. "Desarrollo mi profesión con gran vocación, y he de ...
María José Villafranca (Teruel) lleva ejerciendo 26 años como farmacéutica en el municipio de Andorra, en Teruel. Con casi 9.000 habitantes, la región presenta una población envejecida en la que el farmacéutico es clave para asegurar la salud de sus conciudadanos. "Desarrollo mi profesión con gran vocación, y he de decir que me encanta el contacto con la gente, muchas veces la relación traspasa la mera venta de un fármaco para establecerse en un ambiente de confianza y confidencialidad".
María José tiene muy claro cuál es su objetivo. "Intento atender siempre las primeras prescripciones de cualquier tratamiento. Me gusta que el paciente tenga claro para qué sirve cada medicamento, la pauta que tiene que seguir, comprobar si hubiera alguna duplicidad o interacción con algún fármaco y, en el caso de especialidades complejas, explicarles el manejo, por ejemplo, de los inhaladores".
Muchos son los cambios que ha experimentado la farmacia desde que María José comenzara. "La farmacia ha ido evolucionando a lo largo del tiempo. Un ejemplo claro es la salida de la alimentación infantil de la farmacia al supermercado; en aquel momento nos pareció increíble, quién iba a decirnos que acabaría comprándose por internet". También la receta electrónica ha introducido grandes modificaciones en la labor diaria del farmacéutico. "Ha ayudado a racionalizar el gasto farmacéutico y ha traído un uso más racional de los medicamentos. También ha facilitado el acceso del farmacéutico a la hoja de tratamiento del paciente, lo cual es muy importante, porque permite detectar errores en las pautas, ver qué medicamentos no está tomando y, en definitiva, un seguimiento mejor de sus tratamientos".
Junto a ello, otra de las grandes transformaciones ha sido el establecimiento de secciones como la nutrición, la ortopedia o la herboristería. A pesar de que en la farmacia rural todavía representan un mínimo porcentaje, María José considera que son fundamentales para el futuro de la farmacia. "Servicios como los SPDs, el control de parámetros bioquímicos o la determinación de intolerancias alimentarias, son esenciales en la farmacia actual, porque contribuyen a dar una asistencia global al paciente".
En cuanto a la remuneración de los mismos. "No tengo una idea clara al respecto, es algo a lo que el paciente no está acostumbrado. Lo ideal seria pagar los servicios en los que el farmacéutico tenga un coste o invierta un tiempo, esto además supondría un plus para las farmacias de viabilidad comprometida, sobre todo en el medio rural".
María José nos anticipa los retos del futuro que contribuirán a crear una farmacia más fuerte y estable. "La evolución más importante está en las nuevas tecnologías. La posibilidad de presentar los productos al público a través de las redes sociales, y la venta por internet de parafarmacia y OTC, es un nuevo modelo que está en alza". Por último, añade: "El farmacéutico tiene un papel fundamental en el sistema sanitario, y es necesario adaptarse a los cambios para dar el mejor servicio y velar por la salud de los ciudadanos".
