Cristina Gervasini (Badajoz) rememora su infancia ligada a la antigua botica. De padres y abuelos farmacéuticos, da continuidad a una trayectoria familiar consagrada a este noble oficio. Ejerce como cotitular desde 2004, y no concibe su profesión si no es desde la sabiduría y la profesionalidad. "Es muy satisfactorio poder ...
Cristina Gervasini (Badajoz) rememora su infancia ligada a la antigua botica. De padres y abuelos farmacéuticos, da continuidad a una trayectoria familiar consagrada a este noble oficio. Ejerce como cotitular desde 2004, y no concibe su profesión si no es desde la sabiduría y la profesionalidad. "Es muy satisfactorio poder ayudar al cliente a resolver sus problemas de salud. La relación de confianza que se establece entre paciente-farmacéutico facilita el seguimiento y la adecuación del tratamiento. Y esto es especialmente importante cuando contamos con una población envejecida y polimedicada".
Su farmacia, ubicada en uno de los barrios extramuros de Badajoz, cuenta con una población formada por pensionistas y amas de casa. "La prestación adaptada a cada tipo de paciente, y el valor añadido que aporta el consejo profesional constituyen dos de los grandes pilares de la farmacia actual".
La aplicación de las nuevas tecnologías al entorno farmacéutico, y la adaptación del modelo a las medidas impuestas por la crisis promueven la evolución hacia una farmacia más asistencial. "Las bajadas de precio de los medicamentos han provocado que vayamos dándole más importancia a todos los productos de venta libre para intentar minimizar el impacto de dichas bajadas en el negocio".
A pesar de que la mayoría de las ventas se siguen correspondiendo con el medicamento, los servicios profesionales representan una oportunidad de crecimiento y ampliación de la farmacia, dando respuesta a las necesidades heterogéneas de una población cada vez más preocupada por su salud y por la prevención y el autocuidado. "Los medicamentos siguen protagonizando la gran mayoría de nuestras dispensaciones. Los productos relacionados con servicios de nutrición, estética etc., suponen sólo un complemento, aunque no dejan de ser muy interesantes. Gracias a ellos podemos diferenciarnos y seguir apostando por la profesionalidad de la farmacia".
Una de las controversias consiste en cómo implantar este tipo de servicios. En este sentido Cristina se muestra firme: considera que deben estar remunerados, y formar parte de la estrategia de futuro. "Se trata de servicios que requieren de gran dedicación y preparación. Primero porque suponen un gasto para el farmacéutico tanto de tiempo como de inversión en materiales, y segundo, porque si no lleva aparejado un coste, no se valora por parte de la sociedad". Y sentencia: "No podemos pretender que la farmacia se sostenga sólo con los servicios profesionales, pero sí que representan una gran ayuda, y sobre todo repercuten en beneficio del paciente mejorando su calidad de vida".
Cristina también advierte de la importancia de gestionar adecuadamente el gasto hospitalario. "Creo que el gasto hospitalario supone un montante muy grande en los presupuestos y una mejor gestión del mismo supondría un gran ahorro que no llevara aparejado más recortes sobre la farmacia comunitaria –que ya trabaja con unos márgenes más que ajustados–".
La joven farmacéutica se despide de nosotros advirtiendo de las dificultades a las que tendrá que hacer frente el farmacéutico en los próximos años. "Seguiremos evolucionando como lo hemos estado haciendo hasta ahora: trabajando mucho más y con muchísima más burocracia, para conseguir unos resultados solamente sostenidos. No obstante, confío en nuestro esfuerzo y en nuestra capacidad para adaptarnos a las nuevas situaciones".
