Casi 1.000 millones de euros de inversión privada sólo en el sector farmacéutico, una reducción del 67% en el riesgo de infecciones en el entorno sanitario gracias a los nuevos dispositivos de seguridad y un 50% menos de casos de cáncer de mama y cérvix en Europa gracias a las ...
Casi 1.000 millones de euros de inversión privada sólo en el sector farmacéutico, una reducción del 67% en el riesgo de infecciones en el entorno sanitario gracias a los nuevos dispositivos de seguridad y un 50% menos de casos de cáncer de mama y cérvix en Europa gracias a las nuevas tecnologías sanitarias que han hecho posibles los programas de cribado. Estos son algunos de los datos más destacados recogidos en el documento "El valor de la innovación sanitaria en España y sus retos", que AmChamSpain ha presentado con el objetivo de impulsar la innovación y la actualización tecnológica en el ámbito sanitario.
El informe recoge las principales propuestas de la industria farmacéutica y de tecnología sanitaria para maximizar la eficiencia del sistema nacional de salud y mejorar la calidad de vida y la salud de los ciudadanos, entre las que se encuentra la creación de un sistema de colaboración entre pacientes, administraciones, decisores clínicos, proveedores e industria.
Jordi Martí, portavoz del grupo de trabajo de Industria Farmacéutica y de Tecnología Sanitaria del Comité de Innovación y Propiedad Intelectual de AmChamSpain, ha recordado que "la innovación en el ámbito farmacéutico y tecnológico debe entenderse no como un gasto, sino como una inversión que contribuye a mejorar los resultados en salud y la calidad de vida de los ciudadanos, favorece la sostenibilidad del sistema sanitario y contribuye al progreso social y económico, además de permitir un ahorro importante en el sistema público de salud gracias a la mayor eficiencia de los tratamientos innovadores".
AmChamSpain reclama una mayor protección para la innovación en el ámbito sanitario, un sector que genera un volumen de exportaciones superior a los 16.300 millones de euros, lo que representa el 6,4% del total nacional, y que emplea a 65.000 personas de forma directa en España. Con estas cifras en mente, consideran imprescindible reforzar la custodia de la patente farmacéutica y de tecnología sanitaria y la armonización de los criterios en materia de propiedad intelectual e industrial a nivel europeo para evitar la indefensión competitiva y jurídica de uno de los sectores que más valor añadido aporta a la economía y, especialmente, una grave contracción del bienestar social de los ciudadanos.
Por estas razones, desde AmChamSpain consideran que la innovación sanitaria necesita un marco regulatorio estable con un sistema transparente, unificado y estatal en la toma de decisiones de compra y validación, basado en el valor que las innovaciones en fármacos y tecnología sanitaria aportan en términos de coste-eficiencia y la mejora de la salud de los pacientes, con una normativa eficaz que evite retrasos en las decisiones sobre fijación de precios y reembolsos.
AmChamSpain defiende también la puesta en marcha de mecanismos que agilicen la adopción y la renovación de la tecnología sanitaria en el Sistema Nacional de Salud, estableciendo indicadores estratégicos que tengan en cuenta el retorno de la inversión en todos sus aspectos, como la relación coste-eficiencia. Y es que, según un informe de Price Waterhouse Coopers, por cada euro invertido en tecnologías médicas se obtiene un beneficio en términos de salud y eficiencia de 1,47 euros en cardiología; 1,36 euros en oncología; y 1,11 euros en neurología.
El paciente como centro del sistema sanitario
El documento apuesta por hacer al paciente partícipe de la toma de decisiones sobre su salud a través de un plan estratégico común que facilite la gestión responsable de la enfermedad, así como por el uso de dispositivos médicos de uso domiciliario para mejorar su calidad de vida.
Además, AmChamSpain considera necesario recuperar la capacidad de elección del médico como una de las claves para el abordaje de la salud, aplicando una política transparente en la prescripción de fármacos biológicos basada en evidencia científica y estandarizable y estableciendo un planteamiento normativo que no desincentive el acceso a la innovación, contemplando el respeto por el criterio del profesional sanitario a la hora de recomendar el tratamiento más beneficioso para su paciente. Como ejemplo del valor de este tipo de medicamentos, destacan la reducción del índice de mortalidad del cáncer en un 30% entre 1995 y 2003, gracias a los nuevos fármacos innovadores.
El documento "El valor de la innovación sanitaria en España y sus retos" ha sido elaborado por el grupo de trabajo de Industria Farmacéutica y de Tecnología Sanitaria del Comité de Innovación y Propiedad Intelectual de AmChamSpain, formado por empresas españolas y estadounidenses que trabajan para mejorar el entorno de la industria sanitaria en España, contribuir a la sostenibilidad del sistema público de salud español y favorecer el acceso de los pacientes a la innovación.
