La historia del boticario Pedro Iturria (Pamplona) es un ejemplo de amor por la profesión. Su empeño y dedicación le han llevado a ocupar puestos directivos, como el que desempeñó al frente del Centro Farmacéutico Vizcaíno S.A. en Vitoria para, más tarde, a partir de 1979, ejercer su gran pasión: ...
La historia del boticario Pedro Iturria (Pamplona) es un ejemplo de amor por la profesión. Su empeño y dedicación le han llevado a ocupar puestos directivos, como el que desempeñó al frente del Centro Farmacéutico Vizcaíno S.A. en Vitoria para, más tarde, a partir de 1979, ejercer su gran pasión: regentar su propia farmacia.
La botica que está situada en pleno centro histórico de Pamplona aún conserva el gusto por lo antiguo y por las tradiciones. "Ofrecemos un sinfín de servicios, desde fórmulas magistrales hasta medicamentos en sistemas personalizados de dosificación o tratamientos con opiáceos a personas dependientes y pruebas analíticas mediante química seca".
Pedro además se muestra muy comprometido con su profesión, de ahí que participe activamente en la revista del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Navarra, en distintos medios de comunicación sobre temas de salud y sea cofundador de Farmazialari Euskaldunen Elkartea (Asociación de Farmacéuticos Euskaldunes). No es de extrañar, la tradición le viene de lejos. "Mi madre ya era farmacéutica titular en Huarte, desde que se licenció hasta su jubilación, y mi padre, químico. Vivíamos encima de la farmacia, por lo que la botica ha sido mi segunda casa. De ahí me viene mi vocación".
Cuando le preguntamos qué aporta la farmacia hoy en día, ni lo duda. "La oficina de farmacia hace una labor sanitaria de extraordinario valor. Creo que es imprescindible en la sociedad que vivimos, pero, para poder servir a la sociedad, tiene que ser económicamente viable".
Y precisamente este es un tema que preocupa a muchos farmacéuticos: la búsqueda de vías que permitan rentabilizar la inversión en salud que realiza el sistema. "Económicamente ha conocido tiempos mejores, lo cual no significa que tengamos que conformarnos con lo que tenemos. Por el contrario, debemos hacer frente a los problemas actuales que afectan a la farmacia desde la unión, implicando a todos los agentes, desde la sociedad hasta la administración, pasando por los profesionales".
Ante la bajada de precios, Pedro apuesta por reivindicar la figura del farmacéutico como el profesional del medicamento. "En la búsqueda de la rentabilidad, a veces hemos buscado bajar los precios, lo cual es normal ante la difícil competencia que supone hoy en día Internet o las grandes superficies comerciales, pero no debemos olvidar que el verdadero protagonista de la farmacia es el medicamento".
Y continúa señalando el perfil público y social de la farmacia, alejado del fin comercial de otros establecimientos. "El año pasado, en un video de promoción que preparó el Colegio de Farmacéuticos de Navarra afirmé que la sociedad ve claramente que la farmacia es algo más que una tienda, y esto es así gracias al medicamento, por lo que debemos seguir este camino".
En cuanto a la ampliación de los servicios, este experimentado boticario se muestra conforme: "Cualquier servicio que ayude a mejorar el nivel de salud de los ciudadanos es bienvenido, pero siempre debe estar remunerado". Para terminar, Pedro nos recuerda la clave de futuro: "Todo ello sin olvidar que la farmacia para poder servir a la sociedad, tiene que ser viable económicamente".
