En el municipio de Portugalete (Vizcaya), Rosa Estébanez ha hecho realidad su sueño: modernizar su farmacia hasta convertirla en un espacio exclusivo dedicado íntegramente al cuidado de la salud. Desde que fuera adquirida por su padre hace ya más de 50 años, la botica Estébanez ha experimentado diversas etapas, siempre ...
En el municipio de Portugalete (Vizcaya), Rosa Estébanez ha hecho realidad su sueño: modernizar su farmacia hasta convertirla en un espacio exclusivo dedicado íntegramente al cuidado de la salud. Desde que fuera adquirida por su padre hace ya más de 50 años, la botica Estébanez ha experimentado diversas etapas, siempre con el objetivo último de mejorar la atención al cliente. "He sentido la farmacia desde mi niñez, son muchos los sentimientos asociados a esta botica. Recuerdo que al principio se constituyó con un pequeño local de escasamente 45 metros y a lo largo de los años hemos ido haciendo ampliaciones, reformas y adquisiciones de locales, hasta llegar a lo que es hoy en día", asegura esta veterana farmacéutica.
Rosa es ya la cuarta generación de farmacéuticos en un relevo generacional de padres a hijos. "La farmacia siempre ha sido de carácter familiar. Aunque venimos de una tradición de farmacéuticos –mi primer antepasado se remonta a 1810–, fue mi padre quien decidió abrir esta farmacia sobre el año 1964; hace 13 años recogí yo el testigo. Son muchos los sentimientos y los recuerdos que me retrotraen a mi infancia".
Modernización
Las transformaciones han sido muchas, como también los cambios de la sociedad. Así, el modelo de farmacia ha evolucionado desde un diseño destinado casi exclusivamente a la dispensación de medicamentos, hasta el espacio multifuncional actual que incorpora las nuevas tecnologías como la robotización y la electrónica. "Mi farmacia ha experimentado distintas fases. Una primera eta pa en la que todo eran proyectos y pensamientos. Se empezó con un local escaso de 50 metros y se amplió con un piso elevado donde se incorporó el almacén, el laboratorio y los despachos. Más tarde, se realizó la primera ampliación convirtiéndose en un local de venta de más de 80 metros; y la última etapa, que para mí ha sido la más especial, es la reforma que hemos acometido en 2017".
Sin embargo y, a pesar de todos estos cambios, la farmacia Estébanez aún conserva el gusto por lo tradicional, el respeto por lo antiguo y la esencia de la tradición familiar. "Hemos querido combinar ambos conceptos, modernidad y tradición; porque si hay una cosa que nunca debemos perder de vista es la esencia heredada. De manera que esta adaptación de la farmacia a los nuevos dinamismos de la sociedad que implica tanto el aspecto estético –con el rediseño del logo– como el aspecto tecnológico –con la instalación de un robot para la optimización de recursos– tiene un mismo fin: impulsar la cercanía al cliente-paciente".
Tecnologías digitales
Además de todos estos cambios, la farmacia también se ha adaptado a las nuevas formas de comunicación con la incorporación de planes estratégicos relativos al uso de las redes sociales. "Hay que estar actualizado, de manera que, junto a la integración de nuevos servicios como la sección de ortopedia, también hemos realizado una apuesta decidida por la comunicación online con la elaboración de un plan estratégico para este tipo de plataformas".
La clave del éxito está en saber congeniar el avance hacia el progreso y hacia las tendencias actuales de modernización, con la herencia familiar. "Hemos logrado algo que parecía, en un principio, difícil: conservar la tradición de varias generaciones dedicadas a la vocación farmacéutica en un espacio moderno totalmente adaptado a las nuevas exigencias del mercado y, sobre todo, configurado para dar respuesta a las demandas del cliente". (…)
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