"No hay que olvidar que al frente de las farmacias trabajamos profesionales cualificados para ofrecer un servicio sanitario con rigor"

¿Cómo ha evolucionado el papel del farmacéutico? ¿Hacia dónde se dirige la farmacia como espacio de salud? A pie de calle, en contacto directo con los profesionales del sector, buscamos respuestas a éstas y otras preguntas clave.

10/04/2018

Raquel Ciriza creció en una farmacia rural en Sena en la comarca de Los Monegros. La botica pertenecía a su madre, y allí se gestó lo que, poco a poco, se convirtió en su mayor vocación: ser farmacéutica. A partir de entonces y desde que terminó sus estudios tuvo presente ...

Raquel Ciriza creció en una farmacia rural en Sena en la comarca de Los Monegros. La botica pertenecía a su madre, y allí se gestó lo que, poco a poco, se convirtió en su mayor vocación: ser farmacéutica. A partir de entonces y desde que terminó sus estudios tuvo presente que lo que diferencia al farmacéutico es la formación y la capacidad para innovar y adaptarse a las distintas situaciones. "Estamos en un proceso de cambio y de transformación, por eso es fundamental formarse. He realizado dos posgrados, uno de Dermofarmacia y Cosmetología, y otro de Gestión de la Industria Farmacéutica y afines. Esto me ha permitido acceder a la industria farmacéutica, en el departamento de marketing, donde he trabajado dos años".

Formación como elemento fundamental del día a día de la farmacia, pero también gestión para potenciar la eficiencia de la misma. "No hay que olvidar la parte de gestión porque es esencial para el buen funcionamiento de la botica. También hay que innovar, introducir los nuevos avances, evolucionar hacia las nuevas exigencias, como es la introducción de las tecnologías y las redes sociales en la farmacia".

Innovar sí, pero ¿a costa de qué? según Raquel, respetando siempre la verdadera esencia de la profesión: el medicamento. "Nunca debemos perder de vista nuestra razón de ser, lo que nos diferencia de otras actividades, que es el medicamento. Para ello, debemos apostar por nuevas formas de trabajar y por nuevos servicios".

La guerra de precios y la filosofía del todo vale han deteriorado, en algunos casos, la imagen del profesional de la oficina de farmacia subrayando más el aspecto mercantilista que el carácter público y social. "No soy partidaria en absoluto de utilizar estrategias de bajadas de precios para captar al cliente. Al frente de las farmacias trabajamos profesionales cualificados para ofrecer un servicio sanitario con rigor. Por eso creo firmemente en el servicio de calidad y personalizado, y es ahí donde tenemos que convertirnos en los máximos responsables".

Los cambios necesarios para consolidar un modelo más asistencial no sólo deben afectar a los servicios que se ofrecen desde la farmacia, sino también a las cuestiones estéticas. "Si queremos tener una farmacia de futuro, moderna, necesitamos acometer también cambios en el plano estético. Y eso es lo que hemos hecho en nuestra farmacia, hemos renovado las instalaciones con una estética que refleja nuestra manera de entender el negocio: un espacio muy amplio con zonas diferenciadas que nos permite ofrecer una atención personalizada".

Esto, sin duda, supone un reto para el farmacéutico, más aún con el agravante de la crisis, que ha afectado directamente a la economía de la oficina de farmacia. "Hemos visto cómo los impagos han provocado situaciones muy preocupantes, lo que nos ha obligado a renovarnos y buscar soluciones para mantener la calidad del servicio sin que el paciente se vea perjudicado. Entre otras cosas, ha sido necesario modificar la gestión de los stocks y de las compras".

A pesar de estos obstáculos, Raquel se despide con un mensaje esperanzador. "Afronto el futuro con la ilusión y con la inquietud de seguir ofreciendo un servicio de calidad adaptado a las necesidades de los pacientes que, al fin y al cabo, son nuestra mayor recompensa".

 

Autor: IM Farmacias
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