El aumento de estudios certifica que su acción no se limita a patologías digestivas, según se ha destacado en el V Workshop “Probióticos, Prebióticos y Salud: Evidencia Científica”.
Expertos reunidos el pasado viernes en Valencia en el V Workshop “Probióticos, Prebióticos y Salud. Evidencia Científica” han coincidido en destacar la importancia que está adquiriendo la administración de probióticos y prebióticos como tratamiento coadyuvante o complementario, para la mejora del bienestar y la calidad de vida, no sólo en ...
Expertos reunidos el pasado viernes en Valencia en el V Workshop “Probióticos, Prebióticos y Salud. Evidencia Científica” han coincidido en destacar la importancia que está adquiriendo la administración de probióticos y prebióticos como tratamiento coadyuvante o complementario, para la mejora del bienestar y la calidad de vida, no sólo en patologías digestivas o gastrointestinales.
La reunión, organizada por la Sociedad Española de Probióticos y Prebióticos (SEPyP), ha contado con la participación de unos 300 especialistas de distintas áreas. Entre ellos, algunas de las máximas autoridades en este campo como Francisco Guarner, gastroenterólogo del Hospital Vall d’Hebrón (Barcelona) y presidente de SEPyP, que junto a Guillermo Álvarez Calatayud, del Hospital Gregorio Marañón (Madrid), han puesto de relieve que la eficacia de probióticos y prebióticos en gastroenterología hay que añadir nuevas patologías e indicaciones.
En relación con la salud intestinal están contrastados, han señalado, efectos beneficiosos en distintos tipos de diarreas (aguda infecciosa, por antibióticos, del viajero, etc.), en la prevención de la enterocolitis necrotizante del prematuro, en trastornos funcionales digestivos (síndrome del intestino irritable, cólico del lactante), en procesos inflamatorios (pouchitis, colitis ulcerosa), en infección por Helicobacter pylori o en intolerancia a la lactosa.
Sobre nuevas indicaciones o patologías, Álvarez Calatayud ha destacado que ya son significativos los estudios que apuntan que la modificación de la microbiota o micromedioambiente intestinal, a través del empleo de probióticos y prebióticos, puede favorecer las expectativas en enfermedades como la celiquía, la fibrosis quística, la obesidad, los procesos cardiovasculares, la prevención del cáncer o trastornos del comportamiento como el autismo, mejorando la sintomatología digestiva y, por tanto, la calidad de vida de estos pacientes.