"La dispensación siempre debe ir acompañada del consejo profesional"

De herencia familiar, la legendaria botica aún conserva el olor a madera antigua, y la apariencia tradicional con la presencia de albarelos, testimonio de las fórmulas magistrales que se elaboraban en el antiguo laboratorio. Ana Querejeta nos cuenta cómo su bisabuelo ya a principios de siglo ejercía la profesión con una clara vocación de servicio al público.

Desde esa época a la actualidad, la farmacia ha evolucionado rápidamente. Uno de los efectos más evidentes es la transformación de la estructura interna de la oficina de farmacia. “Antes todo era manual, basado en la formulación magistral, mientras que ahora los pacientes demandan una atención farmacéutica breve y profesional”.

Junto a esto, la atención es cada vez más personalizada, lo que requiere una mayor formación y preparación de los profesionales del sector. “Consideramos que la formación continua es fundamental en nuestra labor. Pensemos que diariamente se conocen nuevas interacciones, productos, etc. que nos obligan a estar actualizados”. La mayoría de los farmacéuticos acuden a los cursos del COF o a los laboratorios para permanecer informado de todas las novedades del sector.

En canto a las ventas, aún sigue siendo mayoritaria la dispensación de medicamentos, que representan el 60%, pero cada vez más se están implantando con gran aceptación nuevos servicios que ofrecen al paciente un importante valor añadido. “La dispensación siempre debe ir acompañada del consejo profesional. En este sentido, de nada sirve estar pensando en las ventas cuando lo más importante es que el cliente se marche satisfecho. Para ello debemos de invertir tiempo en cada paciente”.

A este respecto influye mucho el perfil del cliente, formado en su mayoría por pensionistas e inmigrantes con pocos recursos económicos, de ahí que la prevención de ciertas patologías sea una de las piezas clave de la atención farmacéutica. “Hay pacientes que acuden a la farmacia para prevenir brotes de ciertas enfermedades o catarros habituales. En estos casos podemos aconsejar servicios como la fitoterapia. Otras áreas en las que estamos especializados son homeopatía y ortopedia”.

Por otra parte, las medidas de ahorro como el copago o la reducción del precio de los medicamentos han afectado directamente al funcionamiento de la farmacia.“En Zaragoza llevamos tres años con el copago y parece que la población ya lo ha asimilado, a pesar de que al principio se mostraba bastante reticente”. Según Ana, este tipo de medidas implican una doble lectura: por un lado, han actuado de forma negativa porque han provocado gran impacto en sectores vulnerables como los pensionistas. Pero, por otra, han permitido un uso más racional del medicamento y, por consiguiente, una mayor concienciación del gasto sanitario. Se despide señalando la trascendencia de la función farmacéutica en la sociedad actual. “Los efectos de nuestro trabajo afectan directamente a la salud del paciente y por ello debemos ejercer nuestra profesión con gran responsabilidad”.