"Es importante la interoperabilidad de la receta electrónica"

Borja Mur, farmacéutico titular de Alcampell, municipio oscense, conoce a la perfección el sistema de oficinas rurales.

23/02/2015

La experiencia en sus años como titular de la única farmacia de Alcampell, un municipio pequeño de 700 habitantes situado en un zona limítrofe con Cataluña, y su labor al frente de tres botiquines de las localidades cercanas, le han valido para atesorar un amplio conocimiento de las necesidades de la ...

La experiencia en sus años como titular de la única farmacia de Alcampell, un municipio pequeño de 700 habitantes situado en un zona limítrofe con Cataluña, y su labor al frente de tres botiquines de las localidades cercanas, le han valido para atesorar un amplio conocimiento de las necesidades de la farmacia rural.

Una de las ventajas de la atención a pequeñas poblaciones es la existencia de un trato personalizado y próximo al paciente, que permite diagnosticar con mayor precisión el tratamiento indicado, y ayuda a prevenir posibles enfermedades.  “En las zonas rurales, el farmacéutico disfruta de cierta consideración porque los pacientes depositan mucha confianza en él. Hay que tener en cuenta que, en la mayoría de los casos, somos los únicos agentes sanitarios con los que tienen contacto”.

Al tratarse de una población muy envejecida, la mayoría de las demandas se corresponden con la dispensación de fármacos. Aunque la tendencia es el aumento de otros servicios complementarios al medicamento como los SPDs, las dietas personalizadas, el seguimiento farmacoterapéutico, etc. La demanda de estos servicios está en alza y, actualmente, supone en torno a un 30% de las ventas, con respecto al 70% restante que representan los medicamentos con receta. “Esto es así porque cada vez hay mayor número de fármacos excluidos de la Seguridad Social, y debido a que representan una fórmula válida para contribuir a la sostenibilidad de la farmacia. La bajada del precio del medicamento está provocando una mayor implantación de estos servicios complementarios”.

Pero uno de los principales problemas a los que se enfrenta el conjunto de farmacéuticos es la necesidad de que estos servicios sean remunerados. La tendencia al coste cero del medicamento promueve la búsqueda de otras vías de financiación, una de las cuales puede ser la contraprestación de la prestación asistencial. “El futuro de la farmacia está encaminado hacia un modelo asistencial y preventivo de enfermedades. Para ello la administración tiene que tomar consciencia de que todo servicio tiene un coste”.

La situación de inviabilidad económica que sufren algunas farmacias se acrecienta en las oficinas rurales. “En los municipios pequeños dependemos en gran medida de los fármacos recetados; tanto es así que puede llegarse el caso de que en zonas muy despobladas se dificulte el acceso de la población al medicamento”.

Para ser más competitivo y ofrecer un amplio abanico de servicios, un punto clave es la formación. La realización de cursos de actualización de los conocimientos es constante en la profesión. Una de las instituciones clave es el COF. Borja además ostenta una vocalía Farmacia Única en su localidad, de reciente creación. “Desde esta vocalía reclamamos la remuneración de las guardias, además de otras medidas, como la interoperabilidad de la receta electrónica que actualmente sólo es válida en la comunidad en la que se expide. Esto causa problemas en municipios limítrofes como es mi caso, debido a la incompatibilidad de la receta. Al fin y al cabo, el último perjudicado es el paciente, y eso no puede ocurrir, porque es la pieza básica de la farmacia y todos tenemos que girar en torno a él”.

Autor: IM Farmacias
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