"El medicamento no va a sostener la farmacia del futuro"

La localidad de más de 12 mil habitantes, presenta una población envejecida que acude fundamentalmente a la oficina en busca de su medicación. Además del nuevo cargo en la institución, los 14 años que atesora como farmacéutico, les permite observar los problemas diarios de la profesión y contemplar la farmacia como un espacio de salud.

De amplia tradición familiar, la farmacia Mas Farré acoge ya a la segunda generación de farmacéuticos. El protagonismo del paciente y la calidad del servicio son elementos clave en la labor diaria de la oficina. “Nuestra tarea de mostrador nos permite estar en contacto diario con el usuario e intentar solucionar sus problemas. El objetivo final es que se marche satisfecho  con el servicio ofrecido”. A pesar de que el perfil del cliente mayoritario responde a una persona mayor, en muchas ocasiones pensionista, que acude a la farmacia en busca de fármacos hay una horquilla de población que oscila entre los 40 y 50 años y que constituye un sector cada vez más interesante para el futuro de la farmacia.

Este grupo de población demanda otro tipo de productos que pueden suponer un aporte clave para el futuro de la farmacia, y que están relacionados con la prevención y la salud personal. “Se trata de un cliente informado que acude a internet antes de dirigirse a la farmacia, que se preocupa más por los efectos secundarios, y que en definitiva tiene más conocimiento de las pautas del tratamiento”.

Algunos de estos productos complementarios al medicamento están relacionados con especialidades como la dermoestética, la higiene y la nutrición, pero también con la prevención, como los SPDs, los estudios de AMPA, etc. A pesar de que actualmente no representan una cuota importante en el presupuesto, ya que suponen un 20% del total de las ventas frente al 80% restante que se corresponde con la dispensación de medicamentos, sí que constituyen un área esencial para el mantenimiento del futuro de la farmacia. “Es necesario ampliar la cartera de servicios, porque el medicamento no va a sostener la farmacia del futuro. Estos nuevos productos también son salud”

Del mismo modo, se plantea la necesidad de que sean remunerados, ya que requieren de una formación y preparación. “La labor que nos plantamos desde los colegios de farmacéuticos va orientada a demostrar que estos servicios representan calidad sanitaria para el paciente”. Para ello, el COF de Huesca se plantea tres metas para los próximos años: invertir en formación del colegiado, impulsar la relación entre el médico y el farmacéutico, y promover una mayor especialización del profesional de la farmacia.