De gran tradición familiar, la farmacia Compairé lleva más de 90 años al servicio de la población oscense. Ignacio aún recuerda la fecha de la apertura de la antigua botica en manos de su bisabuelo, en 1921. En sus seis años al frente de la farmacia ha cosechado gran experiencia y sabiduría, junto con un amplio conocimiento del sector. A ello hay que sumarle su participación como miembro del SEFAC y como vocal del COF.
La colaboración con distintas entidades relacionadas con el mercado farmacéutico le ha valido para conocer de forma directa las necesidades de los profesionales y las principales peticiones de los pacientes. Uno de los aspectos más sobresalientes de los cambios que está experimentando la farmacia que según Ignacio tiende a convertirse en una farmacia ...
La colaboración con distintas entidades relacionadas con el mercado farmacéutico le ha valido para conocer de forma directa las necesidades de los profesionales y las principales peticiones de los pacientes.
Uno de los aspectos más sobresalientes de los cambios que está experimentando la farmacia que según Ignacio tiende a convertirse en una farmacia asistencial centrada en el paciente, es una mayor demanda de los servicios complementarios al medicamento. “A pesar de que el medicamento continúa siendo un elemento básico de nuestra labor, ya que somos los profesionales del medicamento, cada vez más se están implantando nuevos servicios que intentan dar una atención mucho más completa al usuario”. Actualmente representan un 30% del total de las ventas, frente al 70% que corresponde a la indicación farmacéutica.
Algunos de estos servicios ya se han implantado en la farmacia Compairé, con importantes resultados. Por ejemplo, existe una especialización en áreas como la dermoestética, la homeopatía y la farmacoterapia. También se ofrece una atención preventiva con los SPDs y el AMPA (Automedida de la Presión Arterial). Algunas de estas prestaciones ya están siendo remuneradas en esta oficina, lo cual contribuye a la sostenibilidad de la farmacia, dada la bajada del precio del medicamento y los recortes en materia sanitaria realizados por la administración. “Consideramos que es una fórmula válida, porque supone una vía de financiación, pero, además, porque arroja muchos beneficios a la salud de paciente. Por ejemplo, con los sistemas de personalización nos aseguramos que haya una mayor adherencia al tratamiento”.
Ignacio señala otros servicios que podrían ser retribuidos en el futuro y que ya están financiados en países europeos, como la revisión de la medicación (RUM). “Con este servicio evitaríamos posibles ingresos en el hospital, reacciones adversas, o problemas relacionados con el medicamento”. Subraya la importancia de establecer sistemas de prevención, puesto que, a la larga, representan un gran ahorro en el sistema general de salud.
En cuanto a la incidencia de las medidas anticrisis en Huesca, la situación es más positiva que en años anteriores ya que se ha logrado implantar iniciativas como el copago, no sin ciertas reticencias por parte de los usuarios, y la receta electrónica, que ha agilizado la tarea diaria de mostrador. Por el contrario, una de las consecuencias negativas de la crisis son los retrasos de los pagos por parte de la administración. “La realidad es compleja en el caso de las farmacias rurales que abundan en nuestra comunidad. No obstante, nos enfrentamos al futuro con ilusión y ganas de trabajar, y teniendo siempre presente que el paciente es nuestra máxima prioridad”.
