Proporcionan hasta el 75 % de la cantidad de calcio diaria recomendada. Así se destaca en el "Libro Blanco de los Lácteos".
La leche y los productos lácteos son uno de los pilares fundamentales de una buena alimentación en todas las edades, ya que son productos completos, que contienen gran variedad de nutrientes, y equilibrados, por presentar un balance óptimo entre sus constituyentes mayoritarios: grasas, proteínas y carbohidratos. Así se destaca en el ...
La leche y los productos lácteos son uno de los pilares fundamentales de una buena alimentación en todas las edades, ya que son productos completos, que contienen gran variedad de nutrientes, y equilibrados, por presentar un balance óptimo entre sus constituyentes mayoritarios: grasas, proteínas y carbohidratos.
Así se destaca en el denominado ‘Libro Blanco de los Lácteos’, publicado por la Federación Nacional de Industrias Lácteas (FeNIL) y avalado por los profesionales de la Sociedad Española de Medicina de Familia (semFYC), la Sociedad Español de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG).
El libro, que busca dar a conocer las propiedades nutricionales de la leche y los productos lácteos entre los profesionales de la salud, recuerda que estos alimentos son ricos en proteínas, vitaminas y calcio de fácil asimilación. Esta característica les convierte en una buena opción para cubrir las necesidades nutricionales de individuos de todas las edades. Además, aportan a la dieta una amplia variedad de macro y micronutrientes en relación con su contenido en calorías, lo que garantiza un correcto desarrollo. Su composición, variable en agua, lactosa, grasa, proteínas, vitaminas y minerales, hace que se adapten muy bien a todo tipo de dietas y necesidades nutricionales.
Entre los nutrientes que aportan la leche y los productos lácteos destacan las proteínas, responsables de formar y reparar las estructuras corporales. Específicamente, la leche y los productos lácteos proporcionan proteínas de alta calidad –denominadas así por ser de alta digestibilidad y valor biológico-- y que contienen todos los aminoácidos esenciales que necesita el organismo.
También proporcionan lípidos con ácidos grasos, como el linoleico y el linolénico, con un papel fundamental en ciertas estructuras, sobre todo del sistema nervioso. Además, aportan componentes bioactivos como la esfingomielina y el ácido linoleico conjugado (CLA), este último potencialmente cardioprotector y antitumoral. Son fuente de vitaminas, micronutrientes necesarios para la transformación de alimentos en energía, aportando vitaminas hidrosolubles B1 y B2 y liposolubles A, D, E y K. De hecho, precisa este libro, el consumo diario recomendado de productos lácteos permite cubrir cerca del 80 % de la cantidad diaria recomendada para un adulto de la importante vitamina B2.