"No queríamos una farmacia como las de toda la vida"

Ubicada justo al lado de Las Rozas Village, la Farmacia Village acaba de abrir sus puertas. La idea, tanto de su titular como de su farmacéutica adjunta, es ser una farmacia diferente. Sus pilares son una atención personalizada de calidad y el consejo farmacéutico. El autocuidado y la parafarmacia son grandes protagonistas.

01/04/2015

A primera vista, los medicamentos no son los protagonistas de la Farmacia Village, de doce horas, de lunes a sábado, en Las Rozas (Madrid). Los hay, de hecho son la base de la farmacia, pero al entrar en ésta uno se sumerge en el mundo del autocuidado y de la ...

A primera vista, los medicamentos no son los protagonistas de la Farmacia Village, de doce horas, de lunes a sábado, en Las Rozas (Madrid). Los hay, de hecho son la base de la farmacia, pero al entrar en ésta uno se sumerge en el mundo del autocuidado y de la parafarmacia. Recién inaugurada, en la segunda semana de febrero, una frase junto a la puerta, a modo de despedida, es una auténtica declaración de intenciones: “Esperamos verte de nuevo en tu farmacia”.

Carlota Bernal es la titular y Celia del Pino es la farmacéutica adjunta. Ninguna de las dos pertenece a familia farmacéutica. Con ellas, trabaja otra compañera que es técnico. Del Pino, ha estado muy involucrada en la puesta en marcha del proyecto, ya que lleva mucho tiempo en farmacia. Anteriormente, desarrolló su profesión en boticas de Madrid, de Pozuelo y de Cercedilla; todas en la Comunidad de Madrid. “Le concedieron la licencia a Carlota. Buscamos sitio y aquí nos venimos”, relata.

La reforma del local, donde antes había una sucursal de banco, se ha hecho con imagina BIM. “La idea era ser diferentes. No queríamos una farmacia como las de toda la vida, porque el concepto de farmacia ya no es el que era. Tampoco queríamos la misma farmacia, igual que todas, que no sabes dónde entras. Pedimos tres proyectos. Éste era el único que realmente nos preguntó lo que queríamos”, explica.

Buscaban una farmacia diferente, no querían los colores de siempre. “No queríamos una farmacia tipo supermercado. Queríamos el verde, pero un verde diferente, en el logo. Es un verde hielo. La cruz también es diferente. Hay mucho espacio. Queríamos líneas rectas, que dieran sensación de limpieza, de claridad, de que aquí no se esconde nada, de que somos transparentes. De espacio, de amplitud, de que está todo ordenado. Para que la gente entre y sepa dónde tiene que ir, qué es lo que quiere y qué es lo que necesita”, señala. En total, hay unos 160 metros cuadrados. Por ahora, no han instalado un robot.

Otra máxima que pidieron es que hubiera mucha luz. Hay una sala para utilizar como probador, como despacho de dietista o de otros servicios, como espacio para dar charlas o confidencialidad a los pacientes. “Ahora nos estamos dando a conocer. Hasta que la farmacia no se abre, no se puede hacer nada. Con el proyecto, llevamos inmersos alrededor de un año”, matiza Del Pino. El objetivo es ser la farmacia de referencia de la zona de Las Rozas Village. “Aquí hay de todo, clientela de paso, de gente que vive aquí, de gente que viene de compras y de gente que trabaja en las oficinas de alrededor. Clase medio-alta”, indica.

Del Pino elogia la labor realizada por imagina BIM. “Fueron rápidos. Las variaciones han ido surgiendo sobre la marcha. La madera es muy protagonista. Hay dos tonos diferentes en el suelo. La primera farmacia en la que trabajé era toda de madera y me resultaba muy acogedora, muy agradable. Lo de combinar el blanco con la madera y tonos, para que no canse el diseño, nos gustó. No queríamos una farmacia estándar”, insiste ella.

Autor: IM Farmacias
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