"La buena actuación profesional de los farmacéuticos abarata costes a la administración"

 

La principal preocupación de las farmacias castellano-manchegas es su viabilidad en un futuro próximo. También la evolución que deben protagonizar para adaptarse a las nuevas necesidades de los pacientes, a la vez que asegurar su sostenibilidad.

24/04/2015

Como en el resto de comunidades autónomas, las medidas de recorte han supuesto una disminución muy importante de los ingresos de las oficina de farmacia en Castilla-La Mancha, lo que se agrava en las que son más pequeñas. De un total de 2.685 colegiados existentes en la comunidad; 672 corresponden ...

Como en el resto de comunidades autónomas, las medidas de recorte han supuesto una disminución muy importante de los ingresos de las oficina de farmacia en Castilla-La Mancha, lo que se agrava en las que son más pequeñas. De un total de 2.685 colegiados existentes en la comunidad; 672 corresponden a Ciudad Real, 286 a Cuenca, 384 a Guadalajara, 803 a Toledo y 540 a la provincia de Albacete.

Hablamos con María Rosa López-Torres Hidalgopresidenta del COF Albacete y del Consejo de Colegios Farmacéuticos de Castilla-La Mancha, además de titular de una oficina de farmacia en Albacete, quien nos habla de la situación de las farmacias en su comunidad. “Salvo las farmacias de poblaciones muy pequeñas, no hay grandes diferencias entre el medio urbano y el rural, ya que en esta comunidad el ratio de población por farmacia es muy bajo, y las farmacias se reparten de manera uniforme. Las dificultades para mantener un nivel de servicios a la población, a la vez que la sostenibilidad económica, afectan a la mayoría”.

En su opinión, el futuro de la farmacia pasa por una combinación de varios elementos. Por un lado, más servicios, verdaderos servicios profesionales, además de ampliar a muchos colectivos, por descontado también los institucionalizados.“Lo que es la esencia de nuestro trabajo”, desgrana la presidenta, “la atención farmacéutica y el seguimiento de los tratamientos de los pacientes y, por otro, la necesidad de ser más competitivos en este tema, hacer más y mejor las cosas y, para ello, necesitamos formación continua y habilidades para trabajar en colaboración con otros profesionales, especialmente, sanitarios. Si los servicios implican al farmacéutico como profesional sanitario y se gestionan desde la responsabilidad, constituyen no sólo una fuente de ingresos, sino también un reconocimiento profesional y social de los farmacéuticos”.

Sobre un posible paso en nuestro país hacia la liberalización, siguiendo el camino emprendido por el vecino francés, desde el COF opinan que “con independencia de los intereses legítimos de los farmacéuticos o de otro tipo de empresas, la liberalización hay que valorarla desde la óptica del servicio que un establecimiento sanitario debe prestar a la población. Creo que nuestro modelo ofrece el más alto nivel de servicio a este respecto, luego habría que preguntarse si verdaderamente la liberalización obedece a otros intereses”.

Autor: IM Farmacias
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