Mercedes Madaleno atesora un gran conocimiento del sector farmacéutico en sus más de 10 años de experiencia.
Comenzó trabajando en la distribución farmacéutica y hace cinco años adquirió la única farmacia de El Ballestero, un pequeño pueblo albaceteño de poco más de 400 habitantes. La atención a una población envejecida con importantes necesidades sanitarias es fundamental en el entorno rural, puesto que en muchas ocasiones el farmacéutico es ...
Comenzó trabajando en la distribución farmacéutica y hace cinco años adquirió la única farmacia de El Ballestero, un pequeño pueblo albaceteño de poco más de 400 habitantes.
La atención a una población envejecida con importantes necesidades sanitarias es fundamental en el entorno rural, puesto que en muchas ocasiones el farmacéutico es el único agente sanitario disponible. El aislamiento y la lejanía de la capital –este municipio se encuentra a 60 km de Albacete– convierten a la farmacia en el punto de referencia sanitario de la ciudadanía. “Al ser la única farmacia se promueve un trato con los clientes mucho más cercano; tenemos una relación de confianza con ellos, lo cual repercute positivamente ya que nos permite ofrecer un consejo farmacéutico mucho más personalizado”.
El perfil del cliente responde principalmente a una persona mayor y jubilada, aunque paulatinamente están aumentando las visitas de familias jóvenes con hijos. Esto explica que la mayoría de las ventas se correspondan con la dispensación de medicamentos. “Las peculiaridades de las oficinas del medio rural condicionan el tipo de servicios que podemos ofrecer, de tal manera que resulta más difícil implantar productos de dermoestética o nutrición en una clientela con escaso potencial económico”.
Además, la introducción de estos servicios requiere de una fuerte inversión que asegure la obtención de resultados. Esto, en el caso de la farmacia rural con importantes problemas de inviabilidad económica, resulta prácticamente imposible. No obstante existen farmacias como la de Mercedes que realizan una importante apuesta en este sentido. “Los servicios complementarios son fundamentales como valor añadido pero no se valoran lo suficiente como para asegurar el futuro de la farmacia. Es necesario buscar soluciones que aseguren a largo plazo la sostenibilidad de la oficina rural”.
Uno de los aspectos clave para consolidar la calidad de la atención es la formación de los profesionales. La aparición de nuevas moléculas y fórmulas en el mercado farmacéutico, la introducción de nuevas tecnologías, la incidencia de los medios de comunicación como internet en las rutinas del usuario, exigen una continua formación por parte de los farmacéuticos. “En estos años hemos asistido a una profesionalización de la farmacia, y del farmacéutico que cada vez está más interesado por su formación y por ofrecer al paciente un servicio integral y de calidad”.
La incidencia de la crisis en el medio rural ha ocasionado situaciones de dificultad relacionadas no sólo con la actividad de la farmacia sino también con el poder adquisitivo de los pacientes. “Los recortes han afectado con especial crudeza al sector farmacéutico con especial incidencia en la farmacia rural. Pensamos que los ajustes se podrían haber dirigido hacia otras áreas del sistema sanitario, por ejemplo, hacia el gasto hospitalario”. A pesar de la incertidumbre, Mercedes contempla el futuro con una actitud esperanzadora. “Confiamos en que la situación mejore en los próximos años”.
