Según la farmacéutica Ana María Rodríguez, presidenta del COF de Toledo, la diversidad de servicios responde a una farmacia más asistencial.
Ana María es presidenta del COF de Toledo y lidera una pequeña botica en el municipio de Olías del Rey. Admite que la mayor satisfacción de su trabajo es el trato con el cliente, y advierte de que se está produciendo un cambio de tendencia en los servicios de la farmacia. ...
Ana María es presidenta del COF de Toledo y lidera una pequeña botica en el municipio de Olías del Rey. Admite que la mayor satisfacción de su trabajo es el trato con el cliente, y advierte de que se está produciendo un cambio de tendencia en los servicios de la farmacia. “La población está muy preocupada por el autocuidado, de ahí que se acreciente el consumo de productos de parafarmacia. En cliente mayoritario continúa identificándose con personas de mediana edad, de un nivel adquisitivo medio y con alta demanda asistencial”.
Las transformaciones que ha ido experimentando el modelo de farmacia es un hecho más que evidente, que en general, ha aportado grandes beneficios al sector y ha contribuido al perfeccionamiento de la atención farmacéutica. No obstante, Ana María también observa consecuencias negativas de esta evolución, como la aparición de servicios que no están remunerados. “Hoy en día trabajamos más que antiguamente, porque ofrecemos una amplia cartera de servicios al cliente, sin embargo esto no se traduce en mayores ingresos”.
Como aspectos positivos de dicha transformación, la farmacéutica apunta una importante mejora en la gestión de la farmacia, en la atención al paciente, y en definitiva, el desarrollo de una farmacia más asistencial. Para que este nuevo modelo de negocio sea posible es necesaria la implantación de servicios asistenciales. “Naturalmente, no hay que olvidar que el medicamento continúa siendo la razón de ser de nuestra profesión, pero junto a ello, debemos implantar otros servicios que están en alza, y que representan un importante complemento al fármaco tradicional”.
Ana Maríadistingue dos tipos dentro de estos servicios complementarios. Los que suponen una sinergia a la función farmacéutica, como la estética o cosmética; y aquellos que implican una ampliación de la propia acción asistencial, como el SPD o el consejo nutricional. “Muchos de ellos se han realizado desde siempre, es el caso de la toma de tensión, mientras que otros comienzan a incorporarse, como por ejemplo los cribados de diferentes patologías. La diversidad de servicios que impera actualmente en la oficina de farmacia evidencia la amplia cobertura que desarrollamos en la sociedad”.
En cuanto a la remuneración de estos servicios, la farmacéutica toledana sostiene que dependerá del coste de los mismos. “Algunos habrá que cobrarlos, y otros podrán integrase en las propias actuaciones del farmacéutico que es lo que se ha venido haciendo hasta ahora”. Y subraya la importante contribución que supondrán al sistema farmacéutico. “Su implantación conlleva un ahorro en términos de ganancia de salud para la población”. Sin embargo, asegura que no pueden ser entendidos como el sostén económico del futuro de la farmacia, puesto que éste solo estará asegurado “si garantizamos nuestra estabilidad jurídica” y “proporcionamos un marco económico en torno a la dispensación del medicamento que es la principal labor del farmacéutico”.
Para finalizar se muestra optimista y confiada en la capacidad de los profesionales para afrontar los nuevos retos del sector en los próximos años.
