El tema que probablemente más preocupa a los farmacéuticos castellanoleoneses hoy en día es el inicio de la implantación de la receta electrónica. Son los últimos en desplegarla, y no han recibido para adaptarse ninguna ayuda de la administración regional.
La oficina de farmacia media de Castilla y León es una de las más modestas de España, por lo que la crisis y las medidas adoptadas por el Gobierno para paliarla les han golpeado incluso más fuerte que al resto de las farmacias españolas. En Valladolid hay 803 colegiados, número ...
La oficina de farmacia media de Castilla y León es una de las más modestas de España, por lo que la crisis y las medidas adoptadas por el Gobierno para paliarla les han golpeado incluso más fuerte que al resto de las farmacias españolas. En Valladolid hay 803 colegiados, número que asciende a 4.088 en toda la comunidad, y tras atravesar momentos muy difíciles, parece que las farmacias urbanas comienzan una ligera recuperación, igual que sucede en el resto de España, aunque no sucede lo mismo en el caso de las farmacias rurales.
Conversamos sobre la situación con Juan de Dios Jódar Pereña, presidente del COF Valladolid desde el año 2008, y secretario del mismo desde el año 2004, quien nos explica que “desgraciadamente la farmacia rural de Castilla y León suma a los problemas del resto de las farmacias la realidad demográfica de nuestra región. Geográficamente, somos la comunidad autónoma más grande de España, pero también la de menor densidad de población. El 30% de las farmacias rurales reciben el índice corrector. El 40% de las farmacias VEC españolas están en nuestra comunidad. La situación en muchos casos es angustiosa”.
Desde el COFVA defienden que hay partidas mucho menos transparentes que la de la farmacia ambulatoria, y mucho menos eficientes, sobre las que no se actúa o se incide muy poco. “Las medidas que se tomen han de ser estructurales, no coyunturales, y planificadas a medio y largo plazo adaptando el sistema al envejecimiento y la cronicidad, que cada vez serán mayores”, opina el presidente. Ante esta situación, a la farmacia no le ha quedado más remedio que intentar reinventarse y adaptarse para sobrevivir, aunque como señala Jódar, “el problema grave para las farmacias es que ya no tienen capacidad de maniobra”. Tras años de adaptarse a la nueva situación, con recortes, reformas e incluso en muchos casos, recorte de la plantilla, su margen de movimiento es mínimo. (…)
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