La incorporación de servicios profesionales a la farmacia conlleva una disminución del tiempo que el farmacéutico dedica a la gestión, y para solventarlo resulta fundamental la incorporación de nuevas herramientas. Esta farmacia cordobesa es un perfecto ejemplo.
La Farmacia Molina, en Pozoblanco (Córdoba), cuenta con unos 250 m2 divididos en tres zonas: rebotica, zona de atención al público y zona de servicios de nutrición; y nueve trabajadores, tres de ellos farmacéuticos. En esta oficina de farmacia, además de todos los servicios vinculados a la figura del farmacéutico, ...
La Farmacia Molina, en Pozoblanco (Córdoba), cuenta con unos 250 m2 divididos en tres zonas: rebotica, zona de atención al público y zona de servicios de nutrición; y nueve trabajadores, tres de ellos farmacéuticos. En esta oficina de farmacia, además de todos los servicios vinculados a la figura del farmacéutico, como atención farmacéutica, determinación de parámetros bioquímicos, análisis de piel y cabello, sistema SPD, talleres informativos sobre salud, etc. desde hace cuatro años cuenta con servicio de nutrición, que presta servicios de dietoterapia asociada a enfermedades de síndrome metabólico, orientación sobre actividad física, estudios de composición corporal, talleres sobre técnicas de elaboración basadas en la disminución calórica de la ración, o incorporación de nuevos alimentos a la alimentación diaria, servicios de nutrición a catering y centros sociosanitarios, y este año ha incorporado un nuevo servicio de orientación al paciente con intolerancias alimentarias.
Hablamos de la importancia de los servicios con Antonio Molina, farmacéutico titular, presidente y fundador de centros Nutrifarma. “En mi opinión, la farmacia actual está inmersa en un cambio de modelo en el que el farmacéutico debe hacerse valer como profesional sanitario más cercano. Como cualquier profesional que recibe formación académica, para desarrollar un servicio profesional sanitario debe recibir una remuneración, es la única forma de seguir mejorando la calidad del servicio que presta. Nuestro tiempo es un tesoro muy valioso y debemos ponerle valor, si no el servicio termina abandonándose o mermando su calidad. No obstante, estoy de acuerdo en que para poder remunerar un servicio, debe cumplir todos los requisitos administrativos y sanitarios, con un responsable cualificado y con una evaluación de la calidad de servicio prestado”.
Molina reflexiona sobre cómo en los últimos 10 años muchos productos que forman parte de las estanterías de las farmacias se han ido trasladando a centros comerciales, parafarmacias, herboristerías…un cambio provocado por la guerra de precios y promociones, y no vinculado al consejo profesional. “Esto hace que hayamos ganado en posicionamiento como asesor de salud. El paciente acude a la farmacia cuando busca, además de precio y calidad, un consejo profesional que determine la compra de un producto u otro, o simplemente para obtener una solución que mejore su problema menor de salud. Podríamos decir que es un cliente que busca servicios de salud, siempre teniendo como limitación que no necesite de la intervención médica”.
Cuando una farmacia apuesta por la incorporación de servicios profesionales, todas las herramientas que optimicen el tiempo y la gestión de recursos son fundamentales. En la Farmacia Molina han instalado el sistema de gestión Cash Guard, cuyas ventajas valora el farmacéutico. “Además de la seguridad que ofrece al titular de la farmacia, por la minimización de errores humanos, también optimiza el tiempo dedicado a la realización de caja diaria y cambio. Antes dedicaba entre 20 y 30 minutos diarios al control de cajas y cambio, ahora ese tiempo es semanal en lugar de diario. Además, el cliente recibe su cambio exacto, sin errores, y de una forma rápida, evitando malentendidos y esperas en caja. A nivel de gestión interna se han reducido a cero los descuadres en el control de cajas”.(…)
Para leer el artículo completo haz click en el PDF adjunto.
