¿Cómo ha evolucionado el papel del farmacéutico? ¿Hacia dónde se dirige la farmacia como espacio de salud? A pie de calle, en contacto directo con los profesionales del sector, buscamos respuestas a éstas y otras preguntas clave.
El primer contacto de Mario de Miguel con la profesión fue en la Farmacia Militar durante el servicio militar. Más tarde decidió adquirir una oficina junto con una compañera en régimen de copropiedad en una C.B., y ya en 1999 inauguró su propia farmacia. La oficina de farmacia se ubica ...
El primer contacto de Mario de Miguel con la profesión fue en la Farmacia Militar durante el servicio militar. Más tarde decidió adquirir una oficina junto con una compañera en régimen de copropiedad en una C.B., y ya en 1999 inauguró su propia farmacia. La oficina de farmacia se ubica en uno de los barrios más populares de Ceuta denominado “El Príncipe”. Se trata de una de las zonas más humildes de la ciudad que presenta una población con importantes necesidades sanitarias. El perfil de cliente responde al pensionista que acude a la farmacia en busca de su tratamiento. Por su localización, cerca de la frontera con Marruecos, también acuden transeúntes y viajeros.
En los veinte años que lleva vinculado a la profesión, Mario ha experimentado una importante transformación en la labor del farmacéutico. “Con el paso del tiempo hemos cambiado, pero también ha cambiado nuestra sociedad. El reto de futuro es que seamos capaces de evolucionar de forma paralela a los avances que se están produciendo a nuestro alrededor”.
En este punto, considera que los farmacéuticos cuentan con una posición privilegiada, ya que sigue siendo una de las profesiones mejor valoradas. “Debemos observar estos cambios como una oportunidad de mejora y de adaptación a los nuevos tiempos. Es nuestra responsabilidad saber interpretar los cambios de hábitos y dar la respuesta apropiada”.
Confía en el modelo de farmacia actual por su calidad, y apuesta por este modelo como una de las armas fundamentales de subsistencia de cara al futuro. “Contamos con una red de farmacias excelente que permite ofrecer asistencia sanitaria al conjunto de la población. Esto, junto con una distribución eficaz que garantiza la disponibilidad de los medicamentos, constituyen una gran fortaleza para el sector a la hora de afrontar nuevas situaciones”. Asimismo, considera difícil que el cobro por servicios complementarios repercuta en las finanzas a corto plazo, ya que conlleva una concienciación por parte de la población de que esa complementariedad no es gratis. “La vocación de servicio debe estar unida a la profesión, y es por ello que muchos de los servicios complementarios que hasta ahora no habían tenido coste, deben ser remunerados”.
En cuanto a las políticas de recorte, Mario considera que se han aplicado de forma excesiva sobre el sector farmacéutico. “Estamos de acuerdo con implantar un sistema sostenible, pero no a costa sólo de los farmacéuticos. Por otro lado, la concatenación de medidas anticrisis ha impedido que se establecieran de forma gradual, y, en ocasiones, no hemos tenido tiempo de asimilarlas, lo cual nos lleva a cometer errores. Por ejemplo, la entrada en vigor del copago fue muy confusa (pacientes con TSI erróneo o con dos TSI, etc.)”.
Por último, se muestra optimista para los próximos años, aunque advierte del peligro de la entrada de grandes multinacionales, ya que supondrían una gran amenaza para el modelo actual de farmacia.
