Los últimos años han sido difíciles para muchas farmacias gallegas que prestan una labor asistencial muy importante en núcleos poblacionales pequeños y diseminados, pero también en determinadas zonas urbanas, viendo comprometida su viabilidad.
El copago, las bajadas de precio de los medicamentos y la desfinanciación de muchos de ellos han hecho que algunas boticas dejaran de ser sostenibles y tuvieran que buscarse vías alternativas como las ayudas VEC. Así nos explica la situación Héctor Castro Bernardino, presidente del COF A Coruña, “hemos visto ...
El copago, las bajadas de precio de los medicamentos y la desfinanciación de muchos de ellos han hecho que algunas boticas dejaran de ser sostenibles y tuvieran que buscarse vías alternativas como las ayudas VEC. Así nos explica la situación Héctor Castro Bernardino, presidente del COF A Coruña, “hemos visto cierres de farmacias o concursos de acreedores y, aunque la situación general parece que está tocando fondo y tiende a estabilizarse en este punto, no podemos quedarnos en una situación de equilibrio inestable como la actual, en la que cualquier pequeña medida que se tome puede provocar llevarse por delante a numerosas farmacias que ahora mismo están pasando por momentos muy delicados. No sólo tenemos que seguir apostando por un modelo de farmacia que supone un bien preciado para la salud de la población, sino hacer que este modelo sea sostenible”.
Desde el COF defienden que su papel como sanitarios va mucho más allá de la dispensación de medicamentos, aprovechando que son el punto sanitario más cercano a la población para ofrecer servicios sanitarios que contribuyan a un mejor aprovechamiento de los recursos sanitarios públicos, haciendo más eficaces los tratamientos y mejorando la salud de la población.
“En este punto la farmacia y el farmacéutico son piezas clave para obtener mayores ahorros en el sistema. Esto ya se ha demostrado y cuantificado, por ejemplo en los resultados del programa ConSigue, a través del servicio de seguimiento farmacoterapéutico en oficina de farmacia. Se ha demostrado que el sistema obtiene unos ahorros enormes, siendo un servicio altamente coste-efectivo. No hay ninguna duda de que la inversión en oficina de farmacia siempre genera ahorros para el sistema, pero para ello es necesario que los ahorros que se han conseguido hasta ahora en Sanidad se reviertan de nuevo en las propias oficinas de farmacia. Tendremos que dirigir la vista hacia el seguimiento y control de la farmacoterapia para evitar gastos indirectos, y a labores de detección precoz y prevención de la enfermedad.”, defiende el presidente.
En la provincia de A Coruña son actualmente 2.075 farmacéuticos colegiados, y entre sus preocupaciones el clima de tensión económica y legislativa ya no es de actualidad, sino por desgracia una enfermedad crónica. Otro asunto que consideran de especial relevancia es el desvío de la dispensación de medicamentos del canal oficina de farmacia al canal hospitalario, y los pilotajes de dispensación de medicamentos en Centros de Salud.
“En los últimos tiempos”, explica Castro, “la farmacia ha ido perdiendo contenido, por no tener a disposición de los pacientes determinados fármacos que las administraciones dirigen al canal hospitalario o de Atención Primaria. Esto provoca no sólo el vacío de la labor del farmacéutico en la oficina de farmacia, en numerosas ocasiones de manera injustificada, priorizando criterios económicos por encima de asistenciales, sino una serie de trastornos y costes indirectos para los pacientes en términos de accesibilidad al medicamento y de estigmatización de la enfermedad. Esto tiene una doble lectura, por un lado un mayor empobrecimiento profesional y económico de la farmacia y por otro un encarecimiento del coste de la prestación farmacéutica, soportado en exclusiva por el paciente”. (…)
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