La FDA alerta sobre el daño que pueden hacer algunos suplementos dietéticos importados y productos medicinales de venta libre

Los estafadores “dirigen” la publicidad a las personas que prefieren comprar en lugares no tradicionales, especialmente a quienes tienen un dominio limitado del inglés y poco acceso a información y servicios de atención médica.

14/03/2016

Para celebrar la Semana Nacional de Protección del Consumidor, del 6 al 12 de marzo, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) ha estado alertando a aquellas personas que compran suplementos dietéticos y medicamentos de venta libre importados que estos pueden estar adulterados y causarle ...

Para celebrar la Semana Nacional de Protección del Consumidor, del 6 al 12 de marzo, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) ha estado alertando a aquellas personas que compran suplementos dietéticos  y medicamentos de venta libre importados que estos pueden estar adulterados y causarle daños a su salud.  Las estafas por fraude a la salud abundan.

La FDA pide tener cuidado si se compran productos importados que se comercializan como “suplementos dietéticos” y productos medicinales de venta sin receta médica en tiendas étnicas o internacionales, mercados de pulgas, tianguis o bazares o en Internet. Según Cariny Nunez, M.P.H., asesora en salud pública de la Oficina de Salud de las Minorías en la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), los estafadores dirigen la publicidad a las personas que prefieren comprar en lugares no tradicionales, especialmente a quienes tienen un dominio limitado del inglés y poco acceso a información y servicios de atención médica.

“Estos estafadores saben que los grupos étnicos que no pueden hablar o leer inglés bien, o que tienen ciertas creencias culturales, pueden ser presas fáciles”, comenta Nunez. Por ejemplo, los nativos americanos, los latinos, asiáticos y africanos pueden tener una larga tradición de recurrir a remedios herbolarios o etiquetados también como “naturales”. Muchos publicistas colocan la palabra “natural” en algún lugar en el paquete de un producto, a sabiendas que esto inspira confianza en ciertos grupos.

Pero solo porque un producto afirme ser natural no significa que necesariamente sea seguro, asegura Gary Coody, R. Ph., Coordinador Nacional del Fraude a la Salud de la FDA. Del mismo modo, solo porque un producto afirme ser natural no significa que esté libre de ingredientes de fármacos ocultos. Más aún, estos productos también pueden estar contaminados o contener productos químicos o ingredientes farmacológicos potencialmente dañinos que no están enlistados en la etiqueta.

Por ejemplo, muchos productos que afirman ayudar a las personas a perder peso contienen ingredientes farmacológicos regulados ocultos y peligrosos como la sibutramina. La sibutramina se encontraba en Meridia, un medicamento anteriormente aprobado por la FDA que se retiró del mercado en octubre de 2010 porque los datos clínicos indicaban que representaba un aumento en el riesgo de sufrir problemas cardíacos y derrames cerebrales.

Y simplemente porque un ingrediente esté incluido en un medicamento aprobado por la FDA no significa que sea seguro en las dosificaciones o cantidades utilizadas en estos productos no recetados, según Coody. Más aún, los estafadores buscan a las poblaciones étnicas que tienen sobrepeso y serios padecimientos como cáncer, VIH/SIDA, diabetes o enfermedades cardíacas. Se dirigen a los consumidores que buscan soluciones fáciles —y en ocasiones menos costosas — a problemas difíciles. El consumo de estos productos podría demorar el tratamiento de enfermedades graves.

Otros comerciantes venden ilegalmente antibióticos importados sin una receta médica y ninguna supervisión médica. De acuerdo con Coody, esto puede fácilmente conducir a al uso indebido y uso excesivo de los antibióticos, un factor clave que contribuye a la resistencia contra los antibióticos, lo que significa que éstos podrían no ser tan eficaces para detener infecciones cuando realmente sean necesarios.  Y algunos productos comercializados como suplementos dietéticos se asemejan a los antibióticos comercializados en países extranjeros, pero en realidad no contienen ningún antibiótico.

“No es sorprendente que las personas se sientan más cómodas con productos familiares que afirman provenir de sus países de origen o que están etiquetados y comercializados en la lengua materna del consumidor, ya sea que lo compren en un mercado en los  EE. UU. o lo consigan de amigos y familiares que los han comprado en sus países de origen”, dice Nunez.

Autor: IM Farmacias
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