La farmacia Rosales del Canal, en Zaragoza, abrió sus puertas en el año 2013, en un barrio joven y lleno de familias. Su apuesta por la innovación y los servicios profesionales es una garantía y una apuesta de futuro.
Si algo ha caracterizado a los profesionales farmacéuticos y las oficinas de farmacia en nuestro país, a aquellas que han sabido adaptarse a los nuevos tiempos que corren tras la crisis, ahora que parece que empieza a ver su fin; ha sido la innovación, la apuesta por una farmacia asistencial ...
Si algo ha caracterizado a los profesionales farmacéuticos y las oficinas de farmacia en nuestro país, a aquellas que han sabido adaptarse a los nuevos tiempos que corren tras la crisis, ahora que parece que empieza a ver su fin; ha sido la innovación, la apuesta por una farmacia asistencial y la observación y respuesta a las necesidades de su entorno.
Los Rosales del Canal es un barrio joven y activo situado en el sur de la ciudad de Zaragoza, y allí visualizó su futuro y decidió abrir una oficina de farmacia Mª Carmen Alonso-Burón en el año 2013, tras ejercer su profesión en Salamanca. Además de la titular, en la farmacia trabajan con ella dos farmacéuticos y dos técnicos de farmacia. Se trata de una farmacia amplia, moderna y volcada en los servicios, tal y como nos cuenta la farmacéutica. “Ofrecemos multitud de servicios, entre ellos destaca la información sanitaria, la prevención, el asesoramiento y la educación sanitaria. Todo lo relacionado con la potenciación de la atención farmacéutica, además del control de factores de riesgo. También resulta para nosotros importante y prestamos mucha atención al desarrollo infantil”.
Precisamente las características del barrio donde se ubica la Farmacia Rosales del Canal, un área de salud donde predomina la gente joven, especialmente familias con abundante población infantil; han determinado las categorías de producto que mejor funcionan en este establecimiento, sobre las que Alonso-Burón ha decidido volcar toda su atención. “Al margen de los medicamentos con receta”, explica la farmacéutica, “los productos que más se venden en la farmacia son anticatarrales, de manera estacional, precisamente en estos meses, y sobre todo leches infantiles y todo tipo de productos para el bebé”.
La dermofarmacia es otra de las categorías que han decidido reforzar numerosas oficinas de farmacia, por sus posibilidades de negocio y el aspecto diferencial que aporta el farmacéutico en cuanto al consejo y asesoramiento, con respecto a otros canales de venta. En el caso de la Farmacia Rosales del canal, “la dermofarmacia supone el 20% del peso de las ventas, y contamos con un espacio específico para el consejo y la dispensación”.
Otro de los asuntos de actualidad, sobre el que la profesión farmacéutica lleva tiempo manifestándose, es la remuneración de los servicios profesionales, algo largamente reclamado, en aras de garantizar la profesionalidad y a la vez mantener la viabilidad económica de las farmacias, que se ha visto constantemente amenazada en los últimos años con las sucesivas medidas gubernamentales. Al respecto, la farmacéutica manifiesta que “los servicios profesionales deben entrar dentro de las funciones ligadas a la educación sanitaria y promoción de la salud que se desempeñan desde la farmacia. Las campañas específicas promovidas por el Sistema Nacional de Salud podrían ser remuneradas”.
En el momento de la apertura de su farmacia, Mª Carmen decidió contar la empresa Equipamientos Integrales del Norte, especialistas en proyectos de farmacia y fabricación de mobiliario farmacéutico, con treinta años de experiencia en el desarrollo y creación de oficinas de farmacia modernas y rentables. Uno de sus puntos fuertes es que cuentan con talleres propios de fabricación de mobiliario de madera y metal. Además, su metodología de trabajo es directa y personalizada. Escuchan las inquietudes del farmacéutico y le proponen soluciones a sus necesidades, buscando a continuación la implantación óptima del proyecto. (…)
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