"Estamos convencidos de que estos servicios tienen que estar remunerados, porque, si no, perderían su valor"

Desde su primera experiencia como farmacéutico en 1997, gracias a unas prácticas tuteladas, Javier Gómez tuvo claro cuál era la razón de ser su trabajo: “Esta experiencia me sirvió muchísimo porque aprendí que la pieza angular de cualquier farmacéutico debía ser el paciente, en torno a él debe girar toda nuestra labor”.

21/04/2016

Este farmacéutico confiesa la importancia de que los profesionales tomen conciencia de ello, sobre todo en un entorno como el actual en el que la farmacia, no sólo debe de reinventarse para hacer frente a los recortes del Gobierno, sino que además tiene que ser cada vez más sostenible y ...

Este farmacéutico confiesa la importancia de que los profesionales tomen conciencia de ello, sobre todo en un entorno como el actual en el que la farmacia, no sólo debe de reinventarse para hacer frente a los recortes del Gobierno, sino que además tiene que ser cada vez más sostenible y competente.

Titulado también en Ortopedia, conoce muy bien los entresijos de la farmacia rural, ya que su oficina se sitúa en el pequeño municipio de Pasarón de la Vera, con tan sólo 700 habitantes. Allí trabaja codo con codo con un auxiliar, y ambos dispensan una atención personal a los vecinos de la zona. “El hecho de que la farmacia esté ubicada en un pueblo te permite crear un ambiente casi familiar con los clientes. La gente que acude es en su mayoría pensionista y de mediana edad, lo cual tiene implicaciones en el tipo de productos y de servicios que podemos ofrecer, que han de estar orientados fundamentalmente hacia este público maduro”.

A diferencia del modelo de farmacia de hace unos años, en la actualidad la oficina ha adquirido un carácter más administrativo, que exige mayor tiempo de dedicación a cuestiones burocráticas como los pedidos a los proveedores, así como un mayor desarrollo de la cartera de productos. “Cuando empecé en la profesión hace más de 16 años, el funcionamiento de la farmacia era más sencillo, había menos competencia y los precios estaban marcados. Esto permitía que los márgenes se incrementaran y pudiésemos crecer más rápidamente. Pero todo cambió a partir del R.D.5/2000”. Javier se refiere al principio de activación de los recortes en sanidad, a los que le siguieron la bajada de los precios, el copago, etc., y otras medidas anticrisis.

Esta situación es especialmente compleja en el caso de la farmacia rural. Los escasos márgenes para introducir nuevos servicios, dificulta la sostenibilidad de la oficina. “Seguimos vendiendo más medicamentos. Frente a otros productos, representan el 70% de nuestros ingresos, y esto nos hace estar más expuestos a medidas como los impagos. Por suerte, en Cáceres, gracias a la previsión que se hizo desde el COF y a la concienciación de todos los compañeros, apenas hemos notado la incidencia de estas iniciativas en nuestro día a día”.

Con una actitud positiva ante el futuro, Javier se despide de nosotros haciendo hincapié en la necesidad de que la administración tome conciencia de los farmacéuticos componen una red de profesionales altamente cualificados que realizan una gran contribución a la sociedad. “Tenemos una enorme capacidad de aprendizaje y de adaptación a los cambios. Ya lo hemos demostrado. Ahora solo falta que podamos ponernos de acuerdo profesionales-administración para establecer una colaboración para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos”. Definitivamente, sentencia Javier, la farmacia del futuro se centrará en mayores servicios y en una colaboración mutua.

Autor: IM Farmacias
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