Los nutrientes que tu cuerpo necesita

Hasta hace apenas unas décadas, la separación entre medicamentos y alimentos era más precisa. En la actualidad, debido a la importancia que ha adquirido la salud y su relación con la alimentación, se ha favorecido la presencia en el mercado de un nuevo y amplio grupo de productos situados entre los medicamentos y los alimentos.

28/04/2016

En este grupo se podrían incluir entre otros: los alimentos funcionales, los alimentos enriquecidos y los complementos alimenticios. Los nutracéuticos o alimentos funcionales se asocian con la prevención y/o tratamiento de cuatro de las principales causas de mortalidad: cáncer, diabetes, enfermedades cardiovasculares e hipertensión, así como con la prevención y/o ...

En este grupo se podrían incluir entre otros: los alimentos funcionales, los alimentos enriquecidos y los complementos alimenticios. Los nutracéuticos o alimentos funcionales se asocian con la prevención y/o tratamiento de cuatro de las principales causas de mortalidad: cáncer, diabetes, enfermedades cardiovasculares e hipertensión, así como con la prevención y/o tratamiento de otras enfermedades, incluyendo defectos del tubo neural, osteoporosis, funciones anormales del intestino y artritis.

Hasta hace relativamente pocos años, estos productos habían recibido diferentes nombres como: suplementos de la dieta o complementos nutricionales, nutracéuticos, alicamentos, etc. Y hace unos años la UE (Unión Europea) los denominó “complementos alimenticios”. La UE define así los complementos alimenticios (food supplements): los productos alimenticios cuyo fin es complementar la dieta normal y que consisten en fuentes concentradas de nutrientes o de otras sustancias que tengan un efecto nutricional o fisiológico, en forma simple o combinada, y que son comercializados en forma dosificada, es decir en cápsulas, pastillas, tabletas, píldoras y otras formas similares, bolsitas de polvos, ampollas de líquido, botellas con cuentagotas y otras formas similares de líquidos y polvos que deben tomarse en pequeñas cantidades unitarias, pasan a llamarse desde ahora en toda Europa “Complementos alimenticios”.

La alimentación, los alimentos, la dieta, la nutrición, tienen un importante papel en el mantenimiento de la salud y en la prevención de muchas enfermedades, incluso antes del nacimiento, aunque muchas veces no seamos conscientes de ello. Cada día, varias veces al día, seleccionamos y consumimos alimentos que condicionan nuestro estado de salud, para bien y, en ocasiones, también para mal.

Las deficiencias de hierro, yodo o vitamina A todavía afectan a una gran parte de la población, especialmente en países emergentes. En los países desarrollados, las más prevalentes son, sin embargo, las denominadas enfermedades de la abundancia o enfermedades crónicodegenerativas (ECD) (obesidad, diabetes, enfermedad cardiovascular (ECV), hipertensión arterial (HTA), osteoporosis, algunos tipos de cáncer, etc.), en las que la dieta y sus componentes, nutrientes y no nutrientes, pueden estar implicados, como factores de protección o de riesgo.

Hoy se sabe que aproximadamente entre un tercio y la mitad de los factores relacionados con muchas enfermedades son factores dietéticos. Podría pensarse que esto es algo poco esperanzador, pues hay que comer todos los días, sin embargo este aspecto negativo tiene la contrapartida de que, a diferencia de otros factores como los genéticos, por ejemplo, hay posibilidad de prevenir o, más exactamente, retrasar la aparición de la enfermedad  modificando las características de nuestra dieta. Hay que recordar que las vitaminas son unos nutrientes esenciales para el buen funcionamiento de nuestro organismo, y la idea de que son saludables está muy extendida en la población general.

Por ello, es importante seguir una dieta rica en verduras y frutas para evitar el déficit de determinadas vitaminas. Sin embargo, la toma de complementos alimenticios no sustituye una dieta equilibrada de nutrientes. No obstante, en algunas situaciones, el organismo demanda unas dosis extra de vitaminas. Es el caso de personas en la etapa de crecimiento, el embarazo o la lactancia y, sobre todo, en los ancianos. ¿Se debe, por ello, tomar vitaminas? Existen casos en los que una persona puede necesitar un aporte vitamínico, para prevención de estados carenciales, por aumento de la actividad física o mental, por disminución del aporte calórico por algún motivo determinado, en momento de astenia o debilidad, etc.

Ante estas circunstancias, muchas personas acuden a la farmacia para que el profesional le recomiende algún suplemento vitamínico, como el gingseng, los ácidos grasos poliinsaturados omega 3 y 6 o la coenzima Q 10, útil en la obtención de energía y con un destacado papel antioxidante. (…)

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Autor: IM Farmacias
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