"Somos un sector muy profesionalizado, que trabaja duro y que aporta al sistema muchas ideas novedosas"

En Castilla- La Mancha muchas de las farmacias rurales, sobre todo las que están en situación de viabilidad económica comprometida, sufren la despoblación, la falta de recursos y las ayudas insuficientes, encontrándose algunas de ellas en una situación límite.

13/05/2016

En toda la comunidad castellano-manchega hay 2.705 colegiados, de los cuales 310 corresponden a la provincia de Cuenca. Como al resto de los farmacéuticos españoles, les preocupa la incertidumbre política, ya que el escenario que se plantea puede ser muy dispar; y también que se generalice la subasta andaluza, la ...

En toda la comunidad castellano-manchega hay 2.705 colegiados, de los cuales 310 corresponden a la provincia de Cuenca. Como al resto de los farmacéuticos españoles, les preocupa la incertidumbre política, ya que el escenario que se plantea puede ser muy dispar; y también que se generalice la subasta andaluza, la interoperabilidad de la receta electrónica, las constantes bajadas de medicamentos, con la actualización de precios de referencia, y la situación que vive la farmacia rural.

Por otra parte las diferencias entre comunidades hacen que, según donde viva el paciente, éste tenga una determinada asistencia. Les preocupa además esa desigualdad en la asistencia farmacéutica. Todas estas cuestiones de actualidad son enumeradas por Pedro Mombiedro Sandoval, presidente del COF Cuenca, quien además señala que, al margen de la problemática rural, “las farmacias de zonas urbanas, para afrontar sin miedo el futuro, deben sumarse al carro de la farmacia asistencial, implicarse de lleno en la atención al paciente ofreciendo servicios profesionales de calidad”.

También abordamos con el presidente el tema de la sostenibilidad sanitaria, a lo que responde que “es importante el diálogo entre todos los agentes implicados: organismos, instituciones, sociedades científicas, asociaciones farmacéuticas, de pacientes. Entre todos, y siempre teniendo como punto de mira al paciente, se pueden encontrar soluciones sin que siempre seamos los mismos los perjudicados con los recortes. Esa es la clave principal. Pero hay muchas maneras para sostener el gasto, empezando por la educación sanitaria, hasta el análisis transparente de la situación que vive el sector farmacéutico, pasando por ver el ahorro que supone que determinados servicios se realicen desde la oficina de farmacia”.

En su opinión, la farmacia lleva años reinventándose para afrontar estos recortes, permanentemente actualizando sus conocimientos y poniendo en marcha iniciativas y acciones para defender los intereses de la profesión. “Somos un sector muy profesionalizado, que trabaja duro y que aporta al sistema muchas ideas novedosas”, afirma orgulloso.

Ante lo que muchos observan como la ansiada recuperación económica en la farmacia, Mombiedro lo define más bien como un mantenimiento, aunque las cosas nunca serán como antes. “Lo que sí aprecio es un gran esfuerzo por estar al día, por no quedarse atrás. Muestra de ello es el gran el número de actividades de formación y reciclaje que hacemos desde los colegios, y a las que asisten muchos compañeros. Dudo que haya otros colectivos profesionales que dediquen tantos recursos a la formación”. En su opinión, si algo ha quedado  claro tras esta etapa difícil es que “no podemos caminar cada uno por nuestro lado, la farmacia debe trabajar con el resto del equipo sanitario potenciando su papel y su labor asistencial. Nuestra actuación profesional debe ser impecable y comprometida, demostrando nuestra valía al resto de profesionales sanitarios, la administración y, especialmente, a la sociedad a la que servimos. La única manera de conseguir el respeto y la confianza de todos ellos es a través del conocimiento, no hay otro camino: el saber”.

El futuro próximo se dirige, y en línea recta, encaminado a los servicios asistenciales. El farmacéutico es consciente, defiende el presidente, de que una población cada vez más envejecida, polimedicada, sanitariamente mejor formada y más exigente, necesita la intervención del farmacéutico de su barrio o de su pueblo, que es en definitiva quien le conoce. “Por supuesto el implementar estos servicios lleva un coste añadido; ahora queda por determinar quién debe pagarlo. Pensar que la asistencia farmacéutica es tan solo dispensar medicamentos es desconocer el sistema sanitario europeo”.

Un aspecto que, sin embargo, le parece un paso atrás que se comprobará con el tiempo, y no habrá que esperar demasiado, es la dispensación de determinados medicamentos exclusivamente en la farmacia hospitalaria, que valora de este modo. (…)

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Autor: IM Farmacias
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