Incluso con el uso de protectores, la exposición prolongada al sol es peligrosa, no solo porque el sol acelera el envejecimiento cutáneo sino por el riesgo de provocar cáncer de piel. Disfrutar del sol, sí, pero el tiempo justo y siempre bien protegidos: esta es la consigna.
La radiación UVA supone un 90% de la radiación UV, estos rayos pueden llegar a penetrar todas las capas de la piel hasta el tejido conectivo y causar una enorme transformación de la estructura de la piel. “Los rayos UVA promueven el desarrollo de metaloproteasas. Éstas son enzimas que desintegran ...
La radiación UVA supone un 90% de la radiación UV, estos rayos pueden llegar a penetrar todas las capas de la piel hasta el tejido conectivo y causar una enorme transformación de la estructura de la piel. “Los rayos UVA promueven el desarrollo de metaloproteasas. Éstas son enzimas que desintegran las fibras de colágeno, aceleran el proceso de envejecimiento de la piel y, a la larga, producen la pérdida de elasticidad y la formación de arrugas. Esto no sucede solo en la cara sino que los signos de foto-envejecimiento son tan prominentes en otras áreas de la piel expuesta a UV como el escote o las manos”, explica Juan Arenas, Asesor Médico de Eucerin.
La radiación UVA se considera pues una de las principales causas del envejecimiento de la piel. Los expertos de Eucerin nos recuerdan un estudio de gemelos realizado por el Osaka Twin Research Center entre 2010 y 2013 que mostró que la textura facial de la piel se ve modificada por factores ambientales en lugar de únicamente por factores genéticos. El tabaquismo y la falta de uso de protector solar incrementan también considerablemente la textura y las arrugas faciales. Otros factores como el índice de masa corporal (IMC), el consumo de alcohol, la terapia de reemplazo hormonal o los antecedentes médicos no eran tan relevantes.
Según su longitud de onda los rayos del espectro solar se dividen en UVB, UVA, luz visible y rayos infrarrojos. Los rayos UVB no se adentran en la piel más allá de la epidermis, pero los demás sí profundizan más allá de la dermis. Los rayos UVB y UVA representan menos del 10% de los rayos que conforman todo el espectro solar, mientras que los infrarrojos y la luz visible abarcan más del 90%. Ya existen solares en el mercado que incorporan protección frente a todos los rayos, incluida la luz visible, algo nuevo hasta ahora.
Hay que tener en cuenta que el objetivo del fotoprotector no es prolongar el tiempo de exposición al sol, sino permitir una exposición adecuada, limitando los riesgos. Al aplicarlo hay que ser generoso y renovar frecuentemente la aplicación, sobre la piel seca, especialmente después del baño o de una sudoración abundante. Desconfiar del tiempo nublado: las nubes no detienen la radiación solar. Hay que tener cuidado con la reflexión del sol sobre la nieve, la arena, el agua o la hierba. La protección de una sombrilla no es suficiente. Y recordar que las radiaciones son más intensas en los trópicos y lugares de gran altitud.
Para recomendar el mejor protector hay varios factores a tener en cuenta como la edad de la persona expuesta al sol, el tipo de piel, el lugar de exposición, la intensidad de la radiación solar, la existencia de problemas de fotodermatosis, situaciones particulares como el embarazo, tratamientos con medicamentos, entre otros. (…)
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