La dermocosmética orientada al paciente oncológico ofrece la respuesta al tratamiento de la piel y cabello en esta etapa tan delicada. Contribuyen a aumentar la autoestima, imprescindible para sobrellevar mejor la lucha contra el cáncer.
Estoy en tratamiento oncológico: ¿Cómo puedo cuidarme? ¿Qué cosméticos puedo usar y cuáles no? Un problema que demanda una solución y, por suerte, cada vez hay más productos específicos para tratar piel y el cabello de los pacientes con cáncer con un doble objetivo: paliar las molestias que sufren en ...
Estoy en tratamiento oncológico: ¿Cómo puedo cuidarme? ¿Qué cosméticos puedo usar y cuáles no? Un problema que demanda una solución y, por suerte, cada vez hay más productos específicos para tratar piel y el cabello de los pacientes con cáncer con un doble objetivo: paliar las molestias que sufren en el tratamiento de la quimioterapia o radioterapia al que han de someterse y también subir la autoestima para ayudarles a enfrentarse mejor a la enfermedad.
¿Cómo sufre la piel del paciente con cáncer? ¿Qué síntomas son más evidentes? ¿Cómo aliviarla? ¿Qué hacer antes durante y después con el cabello? Nos adentran en el tema -hoy a la orden del día- dos expertos en la materia: María Unceta-Barrenecha Olázar, fundadora de la línea cosmética María d´Uol Oncology, y la Clínica Gotas de Belleza, especialistas en el cuidado del cabello.
Tanto las terapias más recientes como la quimioterapia convencional tienen efectos secundarios específicos sobre la piel, el cabello y las uñas, que son vías de eliminación de los tóxicos. “Los efectos dependen del fármaco administrado a cada persona y aunque pocas veces revisten gravedad, a menudo generan molestias tan grandes como para que el paciente desee interrumpir el tratamiento contra el cáncer”, nos recuerdan los expertos de María d’Uol Oncology.
Se trata de:
• Picor en la piel de todo el cuerpo o del cuero cabelludo, dificultando el sueño y el descanso durante la noche, así como aumentando la irritabilidad.
• Granos dolorosos y bultos purulentos en rostro, cuello, región torácica superior o espalda.
• Sensibilidad en la piel del rostro, similar a la quemadura de sol.
• Llagas en nariz, ojos o boca, similares a las aftas.
• Inflamación y enrojecimiento doloroso del tejido alrededor de las uñas, que se vuelven quebradizas y se pueden caer.
• Grietas en la yema de los dedos o en la planta de los pies.
• Caída del cabello.
• Crecimiento aumentado del vello facial.
• Facilidad para los hematomas.
• Sequedad y descamación de la piel.
• Sequedad y comezón en los ojos.
• Manos con piel engrosada, dolorida y, a veces, con ampollas que impiden sostener objetos por el dolor producido.
• Piel de los pies engrosada, con eventuales callos en las palmas o en los talones.
Es un tratamiento localizado, cuyos efectos secundarios varían en función del área tratada, la dosis total recibida, la dosis aplicada en cada sesión y la respuesta individual de cada persona. Entre ellos, son comunes el cansancio y las reacciones en la piel (radio dermitis), que pueden producirse al margen de la zona donde se aplique (…)
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