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7 Esperan convertirse en “una farmacia de referencia” dentro del Ensanche de Vallecas, en Madrid. Ya es la ‘más artística’. Las calles de la zona donde se ubica la Farmacia del Arte tienen nombre de arte. De ahí su nombre. “Es una forma de que la gente localice dónde estamos y también de dotar a la farmacia de personalidad propia”, indica José María Díaz Vidal, su titular. Huyó de que se le identifique solo por su nombre y apellidos, como suele ser lo habitual. La han dotado de contenido, de un hilo conductor, a través del arte del pintor Manuel León Moreno. Llaman la atención los mostradores, el llamativo óleo sobre lino que hay en el despacho, que está conectado y se fusiona con los pictogramas de su ventanal, otros cuadros repartidos por la zona de venta. Incluso, el exclusivo uniforme. Es un modo de comunicar, de que el paciente conozca la seña de identidad de esta farmacia. Allí se percibe la relación que hay entre el arte y la medicina. El citado óleo se llama La Costilla Novella. ‘Costilla’ porque está representada la planta costilla de Adán, y ‘Novella’ porque la primera farmacia de Europa era la de Santa María Novella (en Florencia, Italia). “Estamos muy satisfechos con todo el diseño y con la obra que nos hizo, con toda la campaña de comunicación de la farmacia”, afirma Díaz Vidal. Le preguntamos cuáles son los beneficios de unir arte y farmacia. “Todas las medicinas, la medicina tradicional, surgen de las plantas”, insiste. Recuerda que hay cierto vínculo entre las pinturas rupestres y los curanderos. También está la relación con la fitoterapia, con la terapia natural. “Va todo de la mano”, manifiesta. Igualmente, pretenden que, cuando el paciente entre, “se lleve una alegría visual, que para él sea un momento de relajación el poder estar dentro de la farmacia”. Se respira además un aroma floral, lo que está ligado a la farmacoterapia. La filosofía de la Farmacia del Arte, cuyo equipo está formado por dos farmacéuticos (incluido el titular), una técnico y un auxiliar, es “poner al paciente en el centro”. Es la fórmula de su éxito. Todo lo que hacen allí “está pensado por y para el paciente”. El principal objetivo es solucionar el problema de la persona que entra. “La sanidad está saturada. Muchas veces tú eres el primer filtro, apenas van al centro de salud. Para nosotros, esa labor asistencial de la farmacia es primordial”, asegura. Están en un barrio muy joven. Van muchos padres con sus niños, que a veces se desesperan cuando éstos se ponen malos y les dan cita en el pediatra en un plazo de dos semanas. Por eso, hay que ayudarles a solucionar el problema desde la farmacia. “Nuestra obsesión es el paciente y el diseño de la farmacia; todos los espacios y todas las categorías que estamos trabajando están pensados en la tipología de paciente que tenemos en el barrio”, subraya. Esta farmacia tiene 125 metros en la planta principal y otros 60 en otra, que la utilizan de almacén. “Cuando empezamos el proyecto, nos fijamos mucho en qué tipo de población tenemos. Por eso, no quería una farmacia saturada de muebles ni oscura, sino una farmacia limpia, que dé alegría, que si tú vienes con un carrito puedas pasear perfectamente con él, sin chocarte con un expositor, sin tener que ir apartando cosas”, relata. Los niños se pueden sentar tranquilamente y jugar en un espacio destinado para ellos. De hecho, muchas veces van sin que los padres compren nada, “simplemente porque pasaban por aquí con el niño y ‘cómo sabe que tenéis juguetes, le apetece entrar’”. Invitados a ello están. Por el momento, no tienen robot en la farmacia, porque está empezando. Si bien, hay muchos metros cuadrados en el local y, en el futuro, cuando aumente su número operaciones, previsiblemente instalarán uno. En su actual facturación hay más venta libre, un 70%, frente al 30% de receta. Servicios DíazVidal cree que la farmacia asistencial se encuentra en un momento complicado.“La verdad es que llevamos sufriendo muchos momentos complicados desde hace mucho tiempo. A los reales decretos y las bajadas de medicamentos se suma el desabastecimiento, que está siendo crítico. En determinadas patologías, está siendo un problema muy grave. Y está la competencia desleal que a veces padecemos con la falsificación de medicamentos e, incluso, lo que se está hablando toda la vida de la liberalización del sector, de la competencia de las grandes plataformas de venta online. Esto es una balsa que está en medio de la tormenta y en la que hay que seguir remando”, describe. Para luchar desde la farmacia contra los desabastecimientos, “se han puesto en marcha varias herramientas”. Ellos trabajan tanto con Luda como con FarmaHelp. Dice que les están ayudando, “por lo menos, para dar al paciente esa necesidad que tiene, aunque no seas tú el que la solucione, pero puede irse a su casa con su medicación”. Respecto a los servicios, están apostando mucho por la puericultura, la nutrición infantil y el cuidado infantil porque es su público objetivo. También están introduciendo otros tipos de servicios, como la máquina para medición de colesterol y glucosa, y líneas de fitoterapia. Su idea es implementar un dermoanalizador para fomentar mucho la categoría de dermocosmética. “Ahora mismo, en el barrio, es lo que los pacientes nos demandan. Por ejemplo, hay compañeros que han establecido la consulta de pie diabético. En nuestro caso, por la tipología de pacientes, no tiene mucho sentido”, reflexiona. Se enfocan mucho en lo que les demandan los clientes y consideran que los servicios que están ofreciendo pueden darles mucho recorrido. En ese sentido, se focalizan siempre en la parte asistencial.“Somos una farmacia. Evidentemente, tenemos que vender, porque de lo contrario acabaríamos cerrando. Pero, toda venta que hacemos está enfocada en las necesidades del paciente. Para mí, la clave es conocer esas necesidades del

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