5 de cada 9 prescripciones de benzodiacepinas son inadecuadas

El Ministerio de Sanidad impulsa este jueves una jornada sobre deprescripción, bajo el título de ´Compartiendo experiencias en deprescripción de medicamentos innecesarios: por la seguridad del paciente´, en la que varios especialistas han compartido sus experiencias en deprescripción. Juan Francisco Menarguez Puche , especialista en Medicina Familiar y Comunitaria del Centro de Salud Jesús Marín, Molina de Segura (Murcia) es el coordinador del programa Yo no me benzo, una experiencia que surgió primero como una iniciativa municipal de cinco años. "Quizás una de sus grandes fortalezas es que empezó muy a titulo interno pero se han ido incorporando distintos estamentos que han ido enriqueciéndola", apunta Menarguez.

Su enfoque es la benzodiacepina, porque en opinión del experto es el paradigma de fármaco en el cual hay una sobre utilización pudiendo ofrecer alternativas. "En 2012 hicimos un estudio en el que comprobamos que la frecuencia de utilización de la benzodiacepina era del 17% de la población, en un perfil fundamentalmente de mujeres y en una edad alrededor de los 63 años. Pero lo que nos preocupó especialmente es que además estas prescripciones eran inadecuadas en 4 de cada 5. No solo se utilizaba mucho, sino que su uso no era correcto" .

Tres años después comprobaron que la frecuencia de uso había aumentado, pero además se daba la circunstancia de que de 4 de cada 5 prescripciones inadecuadas se pasó a 5 de cada 9 inadecuadas. "Llegados a este punto nos planteamos que había que hacer algo. Llevamos esta situación al Consejo de Salud de Molina de Segura para manifestar que había que darle un giro a esta situación. Se decidió la creación del Grupo de trabajo de deprescripción de Benzodiacepinas, cuyo objetivo era mejorar la prescripción de fármacos tranquilizantes en personas que los utilizan para la vida cotidiana, fomentando el uso en quien los necesitaba pero eliminando en quienes no los necesitaban".

Con una estrategia comunitaria y en un marco de deprescripción, iniciaron el proyecto de desmedicalización, capacitando a los molinenses para que asumieran el control de su propia salud a través de distintas iniciativas de formación e información.

De ella las conclusiones que extrae su promotor es en primer lugar, que "la inercia terapéutica de uso de BZD requería de una intervención". Además, "se ha comprobado en nuestro municipio una tendencia al descenso del consumo de benzodiazepinas en menores de 65 años y adultos, y una contención del consumo entre las mujeres adultas No podemos garantizar que el el descenso del consumo se explique por la intervención realizada, pero algo está ocurriendo".

Por otro lado, agrega, "se ha obtenido una mejoría en la adecuación de prescripción de BZD a nivel global, destacando una mejor adecuación en mujeres que en hombres, y en adultos de mediana edad". Los datos también plantean la posibilidad de incidir con la intervención sobre la mujeres menores de 65, y sugieren la importancia de plantear la extensión de esta intervención local a otros municipios a nivel regional.

El problema, manifiesta, "es que hemos estado un año parados a causa de la pandemia". También se preguntaron si habría aumentado el consumo de fármacos como consecuencia de todos los problemas de salud mental que se han incrementado en los últimos meses. "Y efectivamente, hay una evolución hacia el empeoramiento de esto, por lo que sí se requiere intervención".

Fármacos antidemencia

A continuación, Juan Peris Martí , farmacéutico responsable del Servicio de Farmacia de la Residencia para Mayores y Dependientes La Canyada (Valencia), cuenta algunas claves del programa de deprescripción de fármacos antidemencia en fases avanzadas de la Comunidad Valenciana.

"En esta patología tenemos dos grupos de fármacos para su tratamiento: los IChE en las fase leve y moderada y la memantina. Evidentemente cuidamos a estas personas en las residencias con una atención centrada en la persona para poder abordar la enfermedad desde una perspectiva multidisciplinar, dando una respuesta social y sanitaria", contextualiza.

Esto tiene su vía en lo que se conoce como la valoración integral geríatrica, en la que entre todos los profesionales hacen una valoración de la capacidad funcional del paciente, cual es su deterioro cognitivo, situación familiar y social, estado afectivo, etc., para poder diagnosticar bien en qué situación está el paciente de su evolución y poder dar respuesta a los problemas, establecer objetivos terapéuticos que se adopten a su condición y desarrollar lineas de actuación, entre ellos, programas de deprescripción cuando se determina que el riesgo del fármaco supera al beneficio. "A partir de ahí el plan de seguimiento individualizado es el que va a marcar el seguimiento del paciente y las actuaciones que se hagan con él", detalla.

Analizando las barreras a la deprescripción que se han encontrado, Peris las resume en incertidumbre clínica (con una consecuente dificultad para la toma de decisiones), un ámbito asistencial no estructurado, una desconexión entre el equipo de las residencias de mayores y la atención especializada y reticencias de la familia por falta de información.

Por tanto, en su opinión, "es necesario desarrollar herramientas que nos faciliten la toma de decisiones, así como dotar el ámbito sanitario de una estructura que refuerce y asiente las prácticas asistenciales que se proyectan en los centros, y empezar a compartir objetivos entre las residencias y la atención especializada". Y remarca que "tenemos que trabajar sobre la falta de información que tienen las familias para derribar estas barreras. Es necesario incorporar al paciente o al familiar a las reuniones de las valoraciones geriátricas para que puedan participar en la toma de decisiones".

Consultas externas de psiquiatría

Por su parte , Jose Ángel Gila Azañedo, farmacéutico del Servicio de Farmacia del Hospital General Universitario de Guadalajara habla de una experiencia llevada a cabo en este centro para optimizar e individualizar los tratamientos farmacológicos de los pacientes que acuden a revisión en una consulta externa de psiquiatría.

"Desde hace tiempo veníamos colaborando con los psiquiatras de diferentes consultas externas, pero a demanda. La idea que nos impulsó a dar el salto a implicarnos de forma activa presencial en una consulta externa de psiquiatría vino motivada por varios factores, pero concluidos en la oportunidad. Teníamos tiempo y dimos el paso", rememora.

Por un lado, los factores que tuvieron en cuenta son los propios que suelen acompañar al tratamiento del paciente psiquiátrico. "En general es un paciente polimedicado y además con frecuencia tienen otras patologías orgánicas que requieren la prescripción de otros especialistas. Asimismo, le podemos estudiar desde el punto de vista crónico", detalla Gila. Estas dos circunstancias facilitan la posibilidad de interacciones en el tratamiento con la implicación que esto pueda tener tanto en la respuesta como en el desarrollo o precipitación de efectos secundarios. Asimismo, añade, "la mayoría de los medicamentos utilizados en psiquiatría, no están dotados para nada de un perfil de efectos adversos inestimables, por tanto, es necesario tenerlos en cuenta". En definitiva, el paciente psiquátrico cumple el perfil para establecer modelos de seguimiento farmacológico.

Una de las claves de este modelo es intentar consensuar el tratamiento con el paciente. "Creemos que es fundamental implicar al paciente y al cuidador en el tratamiento. Probablemente esto sea la mejor garantía de éxito del mismo. Y todo esto lo hacemos en un contexto de humanización de la asistencia sanitaria, de autonomía propia del paciente".

Las conclusiones de esta iniciativa son limitadas en varios aspectos, pero sí apostilla el especialista que la experiencia fue muy positiva tanto para el paciente, como para el cuidador, como para el psiquiatra. "Detectamos un aumento de la demanda tanto por parte del profesional como del propio paciente, que nos pedía que en la siguiente visita de revisión estuviéramos presentes en la consulta. Hubo una alta aceptación de todas las intervenciones que propusimos, superior al 85%".

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