Infecciones cutáneas: tipos y tratamiento

Por la Dra. Lorea Bagazgoitia , dermatóloga

Las infecciones en la piel pueden ser de lo más variadas, presentando manifestaciones y grados de gravedad diversos que darían pie a escribir un capítulo extensísimo al respecto. Sin embargo, con el ánimo de aportar un enfoque práctico, en este artículo repasaremos las infecciones más habituales, en su mayoría no graves, que pueden propiciar un número mayor de consultas en la oficina de farmacia.

INFECCIONES POR BACTERIAS

Celulitis infecciosa

No tiene nada que ver con la piel de naranja, sino que es una infección profunda de la piel por bacterias. Es típico que ocurra tras alguna herida o en zonas del cuerpo con linfedema crónico (por ejemplo, mujeres intervenidas de linfadenectomía tras cáncer de mama). Cursa con rojez, calor y dolor en la zona, acompañada en ocasiones de fiebre. Este cuadro no mejora con cremas; es imprescindible tratarlo con antibiótico sistémico (en un primer momento oral y, si no es suficiente, sistémico) y reposo. La valoración médica es muy importante.

Impétigo

Se trata de una infección mucho más superficial, que es típica de niños. Suele comenzar alrededor de la nariz, por lo que es muy frecuente verlo en la cara. Normalmente no duele, sencillamente se observan escamas y costras de color amarillento (llamadas `melicéricas´), adheridas a la superficie de la piel. En ocasiones pueden verse ampollas también. Si esta infección es localizada, puede tratarse con cremas de antibiótico (por ejemplo, mupirocina). Si se ha extendido más allá de la cara, a otras partes del cuerpo, solemos recurrir a tratamiento oral.

INFECCIONES POR HONGOS

Los hongos pueden infectar la piel a varios niveles. No obstante, las infecciones profundas, en general, son raras, ya que suelen afectar a personas inmunodeprimidas o entornos tropicales. En la población general, las infecciones que vemos en el día a día suelen ser de carácter superficial.

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Infecciones cutáneas: tipos y tratamiento

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