Las claves para tener unas uñas fuertes y sanas

Las uñas reflejan la salud general del organismo y su estado puede desvelar el inicio de alguna patología orgánica. Por eso hay que estar atentos a su aspecto (color y grosor), además de la forma. Nos referimos a uñas blandas, quebradizas, abiertas, estriadas... Las uñas pueden presentar éstos u otros problemas más importantes, como la presencia de hongos (micosis) o que se claven en la carne (más frecuente en las uñas de los pies), que conocemos como uñas encarnadas.

Para todo ello es importante el diagnóstico que indique el cuidado que requieren, con buenos consejos y productos adecuados . Una de las recomendaciones más importantes es utilizar guantes para efectuar las tareas domésticas, lo que evitará roturas. También ha de evitarse el contacto directo con sustancias agresivas y productos químicos (de allí la recomendación de usar guantes), así como el uso de jabones demasiado detergentes para el lavado frecuente de las manos. Muchos complementos alimenticios destinados a tratar la caída del cabello también son eficaces para fortalecer las uñas.

El cuidado de la uña pasa por el cuidado global las manos

La piel de las manos necesita cuidados especiales para tratar la sequedad superficial, que acostumbra a provocar rojeces y grietas, o manchas. Los productos básicos aconsejados son un peeling suave para afinar el grano de la piel y contribuir a regenerarla, y una crema de día protectora e hidratante especial para manos (con vitaminas y rica en aceites vegetales) con el fin de lubrificar esta zona, que contiene pocas glándulas sebáceas. Si queremos un cuidado extra podemos aplicar una mascarilla nutritiva untuosa una vez por semana o siempre que las manos estén secas y sufran picor.

Las cremas deben aplicarse dando un suave masaje para que el producto penetre bien , dejando una película protectora o en una capa generosa en el caso de las mascarillas, que retiraremos después con agua tibia. Si las uñas están blandas y abiertas hay que aplicar un producto endurecedor para reforzarlas y protegerlas. Las uñas sin problemas específicos deben tratarse simplemente con una base (con queratina o proteínas) protectora y aislante.

A continuación, puede aplicarse la laca de color (una o dos capas, según el tono que se quiere obtener). La laca elegida debe ser resistente a los golpes y al resquebrajamiento, brillante, cubriente, fácil de aplicar, fluida y de secado rápido . El acabado puede hacerse con un barniz (fluido, de secado rápido y que da a la uña un aspecto liso y brillante) que fortalezca la uña y aumente la duración de la laca.

Principales alteraciones

Las principales onicopatías son debidas principalmente a dos causas: congénitas y adquiridas.

Malformaciones congénitas

El individuo nace con ellas. Estas alteraciones se pueden disimular con la aplicación de alguna técnica de uñas artificiales como son: uñas de porcelana, uñas de gel, fibra de vidrio... Y la aplicación de esmaltes decorativos para poder embellecerlas.

Anoniquia: es la ausencia de uñas. La uña está reemplazada por la piel rosada o pequeñas manchas córneas. Coiloniquia: el crecimiento de la uña adopta forma de cuchara. La lámina ungueal, en vez de ser convexa, es cóncava. Microniquia: las uñas aparentemente son normales, a excepción de su tamaño, que es muy reducido. Platoniquia: se trata de una alteración poco común. La curvatura de la lámina es longitudinal en vez de lateral, teniendo la visión de una forma de cuchara. Malformaciones adquiridas

Son aquellas que se pueden contraer a lo largo de la vida.

Padrastros: infecciones bacterianas. Son unos filamentos de epidermis córnea que aparecen en la piel que rodea la uña. La base suele estar sensible e inflamada y provoca dolor. El padrastro puede dar lugar al desarrollo de un panadizo o panizo, infectado o inflamado, acompañado de pus. Onicrocriptosis o uña encarnada: infección bacteriana. Esta alteración aparece generalmente en el dedo gordo del pie. Consiste en la penetración de la lámina en la ranura periungueal, provocando inflamación dolorosa que, algunas veces, llega a infectarse. La causa principal es un corte inadecuado de la uña, uñas curvadas y el uso de calzado demasiado ajustado Onicofagia: es el hábito de morderse las uñas, dejando la punta de los dedos sin protección. La piel que la rodea está macerada por la saliva, siendo frecuente la aparición de padrastros, inflamaciones e incluso infecciones debido a la escasa protección de los laterales ungueales, ya que el PH de la saliva altera el PH de la piel que rodea la uña, desprotegiéndola. Alteraciones producidas por diversas causas y enfermedades

Onicoquicia: consiste en la laminación de la uña en dos o más capas superpuestas. Se recomienda un correcto limado y la aplicación de esmaltes tratantes. Onicorrexis: es la formación de estrías longitudinales. Onicoguiposis: consiste en el crecimiento exagerado de una o más uñas de la mano o del pie (generalmente del dedo pulgar). En estos casos hay que cuidar en extremo la higiene y mantener las uñas cortas para evitar microambientes de humedades que puedan crear la aparición de hongos. Dermatitis o dermatosis profesionales: aparecen como consecuencia del contacto de la piel de las manos con determinadas sustancias (productos químicos, agentes físicos, etc.) que pueden alterar su equilibrio. Puedes leer el artículo en PDF aquí.

Artículos relacionados