Diagnóstico de lesiones pigmentadas

Cuando hablamos de lesiones pigmentadas, normalmente nos vienen a la cabeza los lunares o las manchas. Estos términos no son técnicos, y no se corresponden exactamente con diagnósticos médicos precisos. Si bien es cierto que cuando en dermatología hablamos de `lesiones pigmentadas' nos solemos referir exclusivamente a lesiones de origen melanocítico, a nivel práctico existen diferentes lesiones con color marrón o negro que pueden suscitar preocupación en nuestros pacientes, no siendo todas melanocíticas como tal.

La diferenciación entre un tipo de lesión pigmentada y otra puede tener gran relevancia clínica, pues varían desde algo meramente estético y médicamente banal, a algo que podría tener consecuencias fatales. Dado que no es raro que los pacientes acudan, además de a su médico, a la oficina de farmacia solicitando ayuda y consejo sobre un determinado lunar o mancha, intentaremos en este artículo dar revisión a los tipos más frecuentes de lesiones pigmentadas y su aproximación terapéutica. Su correcta identificación es clave para orientar a los pacientes y, en casos necesarios, derivarlos oportunamente a un especialista.

Lesiones melanocíticas Son aquellas derivadas de los melanocitos, las células encargadas de la producción de melanina en la piel. La proliferación de estas células puede llevar a lesiones benignas, lo nevus (llamados coloquialmente lunares) o malignas, el temido melanoma.

Lesiones melanocíticas benignas

Nevus junturales. Son planos y presentan una pigmentación homogénea. Se ubican en la unión dermoepidérmica. Nevus compuestos. Combinan características de los nevus junturales e intradérmicos, presentando cierta elevación y coloración homogénea. Nevus melanocíticos intradérmicos. Son aquellos lunares generalmente elevados, de color carne o marrón claro. Se localizan en la dermis, suelen aparecer en la edad adulta y acostumbran a ser la evolución de algunos de los tipos de nevus comentados anteriormente por maduración de estos. Es frecuentes que los pacientes los denominen `verrugas' por ese aspecto abultado, si bien nada tienen que ver con las verrugas, que son de origen vírico. Nevus congénitos. Comúnmente llamados `antojos' , están presentes desde el nacimiento o los primeros meses de vida. Pueden variar mucho en tamaño y suelen crecer proporcionalmente a lo largo de la vida. Aquellos de gran tamaño tienen un mayor riesgo de transformación maligna. Nevus atípicos. Presentan bordes irregulares, variación en el color y formas asimétricas que pueden preocupar tanto al paciente como al médico. Aunque la mayoría son benignos, siempre se recomienda su valoración y seguimiento, ya que pueden asociarse con un mayor riesgo de melanoma en ese paciente. Melanoma Podemos entender al melanoma como la versión maligna de los nevus melanocíticos. Se trata de un tumor que puede tener consecuencias fatales por su capacidad metastásica. Sin embargo, su detección temprana es clave para mejorar el pronóstico del paciente, pues extirpado en sus fases más precoces supone una supervivencia del 100 %.

Diagnóstico y diferenciación del melanoma El objetivo fundamental del diagnóstico de las lesiones pigmentarias desde un punto de vista dermatológico es asegurarnos de que dicha mancha o lunar no es un melanoma, por la trascendencia clínica que esto puede tener. Para identificar lesiones sospechosas podemos emplear los siguientes criterios y herramientas diagnósticas.

Regla ABCDE Se trata de una regla sencilla y clara que puede ayudar a los pacientes a valorar si una mancha o lunar tiene probabilidades de ser un melanoma. La regla ABCDE ayuda a reconocer características sospechosas de acuerdo a las siguientes pautas:

Asimetría. Las dos mitades de la lesión son desiguales en forma y color. Bordes irregulares. El contorno de la lesión está mal definido o dentado. Color variado. La lesión presenta diferentes tonos de marrón, negro, rojo, blanco o azul. Diámetro. Puede aumentar el grado de sospecha un diámetro mayor de 6 mm, aunque melanomas tempranos pueden ser menores y muchas lesiones benignas pueden tener este tamaño. Evolución. Es interesante vigilar la presencia de cambios en tamaño, forma, color o síntomas, como picor o sangrado. Dermatoscopia y valoración dermatológica

La dermatoscopia es una técnica no invasiva que permite visualizar estructuras presentes en las lesiones pigmentadas no perceptibles a simple vista, facilitando la diferenciación entre lesiones benignas y malignas. La técnica se rige mediante algoritmos que nos orientan a los dermatólogos sobre el grado de sospecha. Si se detectan características atípicas, debe ser evaluada para realizar una biopsia si es necesario.

Conclusión

El farmacéutico comunitario puede desempeñar un papel importante en la detección temprana de lesiones sospechosas, orientando al paciente sobre la importancia del diagnóstico dermatológico. Si bien la inmensa mayoría de las lesiones pigmentadas son benignas, es fundamental diferenciarlas de aquellas con potencial maligno, especialmente el melanoma, para mejorar el pronóstico mediante un diagnóstico y tratamiento oportunos.

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