En la pasada edición de INFARMA, los laboratorios Pranarôm presentaron una ponencia sobre la bacteria Helicobacter pylori. Alfredo Quevedo, farmacéutico especializado en aceites esenciales, expuso un estudio clínico del aceite esencial de Origanum compactum para tratar dicha bacteria. H.pylori coloniza el epitelio gástrico de aproximadamente la mitad de la población, siendo ...
En la pasada edición de INFARMA, los laboratorios Pranarôm presentaron una ponencia sobre la bacteria Helicobacter pylori. Alfredo Quevedo, farmacéutico especializado en aceites esenciales, expuso un estudio clínico del aceite esencial de Origanum compactum para tratar dicha bacteria.
H.pylori coloniza el epitelio gástrico de aproximadamente la mitad de la población, siendo asintomática en la mayoría de los casos. Sin embargo, en algunos pacientes es causante de gastritis, acidez gástrica e incluso úlcera gástrica (10-20% de los infectados) y cáncer de estómago (1-2%).
Ante estas afecciones el principal tratamiento es la triterapia clásica, que incluye un inhibidor de la bomba de protones (IBP, principalmente el omeprazol) y dos antibióticos: la amoxicilina y la claritromicina. Este tratamiento dura entre 10 y 14 días, aunque en los casos más severos existen otros protocolos. Los efectos secundarios son comunes y numerosos; además las resistencias bacterianas no dejan de aparecer.
Por este motivo se ha realizado un estudio piloto con cápsulas de 75 mg de aceite esencial quimiotipado de Origanum compactum, que ya había dado resultados positivos in vitro. La posología era la siguiente: 2 cápsulas cada 6 horas durante 10 días.
Para medir su eficacia, los doctores Francisco Marín Jiménez y Miguel Martín Almendros seleccionaron a 61 pacientes que tomaban IBP de forma crónica y que dieron positivo en la prueba en heces de H.pylori. Les retiraron el tratamiento previo con IBP a los pacientes durante 1 mes, así como la toma de cualquier antibiótico. A continuación les recetaron el protocolo antiinfeccioso con aceites esenciales quimiotipados. Tras otro mes sin ningún otro tratamiento les volvieron a realizar la prueba.
Los resultados mostraron que el 27% logró negativizar la prueba, si bien en uno de los grupos este porcentaje se elevó hasta el 50%. Tras investigar sobre las sustanciosas diferencias de eficacia se observó que el test con el que se realizaba la detección de la bacteria no era exactamente el mismo, a pesar de tratarse de dos centros de salud de la Seguridad Social. Es decir, que un paciente que diese positivo en un centro de salud podría dar negativo en otro.
Es importante recalcar que las pruebas analíticas tienen un límite de detección, por tanto un análisis negativo no indica que la bacteria esté ausente. No podemos hablar de erradicación de Helicobacter pylori sino de negativización de la prueba.
Lo más interesante del estudio es que el 82% de los pacientes manifestó una mejoría evidente, con lo que se les pudo retirar el tratamiento de IBP. Esto supone un ahorro importante para el sistema nacional de salud, ya que el omeprazol es el principio activo más prescrito en España, además de una reducción de los efectos secundarios que padecen los pacientes.
La explicación de la mejoría de los pacientes a pesar de la no negativización de la prueba es que, según recientes trabajos, el concepto de equilibrio de H.pylori con el resto de la flora parece ser determinante. Esta bacteria tendría un papel protector frente al cáncer de esófago y un efecto regulador de las hormonas gástricas, incluyendo la leptina y la grelina según el doctor Martin J. Blaser (https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1618379/). Así pues, parece ser que el AEQT de orégano compacto habría regulado la población de H.pylori de forma que ésta ya no causase molestias. Se trata en cualquier caso de una opción terapéutica muy interesante a tener en cuenta.
