La salud y el bienestar comienzan por la boca

Para gozar de un adecuado estado de salud hay que tener una boca sana, y por eso la salud bucodental es una de las prioridades en las estrategias de prevención de salud establecidas por la OMS. Es fundamental que los profesionales promocionen la conciencia y la implicación del paciente en su cuidado.

06/11/2017

Las visitas periódicas al odontólogo, al menos una vez al año, resultan imprescindibles para mantener sana la cavidad bucal. Además, existe en la farmacia una amplia gama de productos destinada a prevenir y tratar cualquier tipo de patología dental, y el consejo farmacéutico permitirá encontrar el más adecuado a las ...

Las visitas periódicas al odontólogo, al menos una vez al año, resultan imprescindibles para mantener sana la cavidad bucal. Además, existe en la farmacia una amplia gama de productos destinada a prevenir y tratar cualquier tipo de patología dental, y el consejo farmacéutico permitirá encontrar el más adecuado a las necesidades de cada paciente, así como a detectar indicios de enfermedad periodontal y a prevenirla.

Si algo resulta especialmente importante para mantener una dentadura sana y fuerte, es adquirir buenos hábitos de higiene desde la infancia. Se puede iniciar al niño desde que le salen los primeros dientes, en primer lugar con un cepillito suave y únicamente con agua. De este modo, será más probable que continúe con la misma rutina a lo largo de su vida, adaptándose a las necesidades de cada momento.

No debemos olvidar que las patologías periodontales consideradas graves pueden ocasionar la pérdida de piezas dentales, por lo que es necesario darle la importancia necesaria a la higiene dental desde la infancia.

Enfermedades periodontales

Se denominan así todas las patologías que afectan a los tejidos que sostienen al diente, llamados periodonto. Todas estas enfermedades que afectan a la zona pueden tener un origen diverso (genética, consumo de tabaco o de alcohol, diabetes no controlada, enfermedades autoinmunes, aspectos nutricionales, etc.), pero el más habitual es la placa bacteriana, de origen infeccioso.

Se trata de un material adherente e incoloro que se forma rodeando los dientes, y está formado principalmente por la flora bacteriana bucal, glucoproteínas salivares, polisacáridos, células epiteliales, macrófagos, agua y restos de comida. Si la placa no es eliminada adecuadamente, con la intervención de un odontólogo, se produce una mineralización, originando sarro. Puede clasificarse, en función de dónde se localiza, en sarro supragingival (de color amarillento y ubicado por encima de la línea de la encía) y el sarro infra o subgingival (marronoso y situado por debajo de la línea de la encía).

De este modo, y una vez se ha comprobado que el motivo principal de estas enfermedades es de origen bacteriano, podemos decir que la higiene regular y en profundidad, y un seguimiento profesional adecuado son las claves para detener el avance de las enfermedades periodontales. Si no se practica, evolucionan hasta afectar a la encía y a las estructuras de soporte de las piezas dentales, que pueden acabar por perderse.

Patologías frecuentes

Además de las caries, dentro de un amplio abanico de enfermedades periodontales, podemos decir que las más frecuentes son:

- Hiperestesia o hipersensibilidad dental. Se caracteriza por una reacción exagerada ante algún estímulo sensitivo (frío, calor, roces…). Se manifiesta como una sensación dolorosa en el cuello del diente cuando este experimenta cambios de temperatura, con el roce o con determinados alimentos (muy dulces, muy salados). Afecta preferentemente a la población adulta.

El origen de la patología es una retracción de la encía por la acumulación de sarro y placa dental, de modo que la dentina queda al descubierto, y así también quedan al descubierto terminaciones nerviosas muy sensibles que son las que provocan la reacción de dolor.

- Gingivitis. Se trata de una lesión reversible que produce una inflamación de las encías, como consecuencia de la acumulación de placa bacteriana sobre los dientes. Las bacterias que la forman expulsan toxinas y otras sustancias que resultan irritantes para los tejidos gingivales, de modo que las encías se muestran irritadas, sangrantes y enrojecidas. Si esta inflamación no se trata de forma adecuada, puede derivar en una patología mucho más importante, la periodontitis, al verse afectados el ligamento y el hueso periodontal.

- Periodontitis o piorrea. Es un trastorno dental consistente en una inflamación e infección de las estructuras de soporte del diente (ligamento periodontal y hueso maxilar alveolar), que suele tener origen en una gingivitis no tratada, y acaba provocando la destrucción progresiva de la inserción del diente en el hueso maxilar. Se trata de una lesión degenerativa irreversible, normalmente de evolución lenta, que se manifiesta en sus primeros estadios por movilidad de las piezas dentarias y dolor localizado. En las fases más avanzadas se forman abscesos purulentos, siendo la última consecuencia la pérdida de piezas dentarias.

La periodontitis no puede considerarse como un proceso de degeneración senil, sino como una verdadera enfermedad. Si bien se suele iniciar durante la adolescencia, no empieza a mostrar sus primeras manifestaciones hasta la edad adulta (cuarentena). Sus efectos más graves, es decir la pérdida de piezas dentales, suelen manifestarse a edades avanzadas.

Población de riesgo

Las mujeres sufren más frecuentemente enfermedades en las encías, porque es un tejido especialmente sensible a los cambios hormonales. Por eso el farmacéutico debe informar a la mujer, en sus diferentes fases vitales, del riesgo que tiene y lo necesario que es para la salud abordar el problema a tiempo.

- Pubertad. Durante la pubertad, el aumento de los niveles de hormonas femeninas produce un aumento de circulación sanguínea de la encía. Por tanto, se tiende a inflamar y puede tener mayor tendencia a sangrar.

- Menstruación. La gingivitis (inlamación y enrojecimiento) puede tener tendencia a aparecer durante la menstruación. Una vez más, esta situación es debida a un aumento del nivel de progesterona en el organismo, justo antes de que comience el período, y a la acumulación de placa dental previa. Algunas mujeres pueden padecer aftas y sangrado en la boca tres o cuatro días antes del comienzo de la menstruación. Otras veces aparece gingivitis durante el período que se caracteriza por la inflamación repetitiva de las encías, con un enrojecimiento brillante acompañado o no de llagas en la lengua y las mejillas. Esta gingivitis menstrual suele ceder al acabar el ciclo menstrual.

- Embarazo. La encía también sufre cambios durante el embarazo. Frecuentemente, las mujeres embarazadas padecen más gingivitis a partir del segundo o tercer mes, lo que probablemente se debe a la elevación de los niveles de progesterona y estrógenos que se producen normalmente durante la gestación. Estas hormonas dilatan los vasos sanguíneos y alteran las células de la mucosa de las encías, posible causa de que se incremente su inflamación. Los síntomas desaparecen después del parto, aunque si no se realiza tratamiento durante el embarazo, en el momento de terminar éste la enfermedad podría estar ya demasiado avanzada.

- Menopausia. La afectación más importante que puede aparecer en la boca de la mujer en esta etapa de la vida sería la sensación de sequedad e irritación. (...)

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Autor: IM Farmacias
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