La tradición familiar comenzó con su abuelo en la botica del barrio donostiarra de Gros, más tarde vendría su padre, hasta llegar a nuestros días en los que Usua Cilveti (Guipúzcoa) representa la tercera generación de una familia de farmacéuticos. "Tras realizar los 4 años de residencia en Farmacia Hospitalaria ...
La tradición familiar comenzó con su abuelo en la botica del barrio donostiarra de Gros, más tarde vendría su padre, hasta llegar a nuestros días en los que Usua Cilveti (Guipúzcoa) representa la tercera generación de una familia de farmacéuticos. "Tras realizar los 4 años de residencia en Farmacia Hospitalaria en el Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza, decidí probar con la farmacia comunitaria. Llevo 9 años ejerciendo en esta farmacia y, a día de hoy, me sigue encantando mi profesión".
La ubicación de la botica condiciona el perfil del cliente. "Se encuentra en un barrio muy turístico de San Sebastián donde viven personas de 50 años, pero, además, está muy cerca de la playa, lo que explica que acudan muchos turistas durante el verano. Esta variabilidad del perfil de clientela es muy enriquecedora, asimismo los pacientes cada día están más informados y actualizados".
Varía el usuario como también varía el modelo de farmacia. "La introducción de los servicios profesionales remunerados ha sido un avance muy significativo. Aportan mucho valor a nuestra labor sanitaria de cara a la sociedad".
Así, Usua se muestra como una firme defensora del modelo actual. "Es el mejor para velar por el cuidado de la salud de los usuarios. Otros países, como es el caso de Italia, han evolucionado a un modelo que, en mi opinión, no beneficia a ninguno de los agentes implicados en materia de salud".
Precisamente esta joven farmacéutica apuesta por la profesionalización con el fin de diferenciar los servicios prestados en la farmacia de otro tipo de establecimientos. "La única forma de fidelizar al usuario de la farmacia es ser profesional e implicarse en los problemas de salud de los pacientes. Me preocupa que, ante la continua bajada de precios de los medicamentos y del margen de ganancia que obtenemos a través de la dispensación, los profesionales farmacéuticos opten por orientar su labor hacia campos menos profesionales, más comerciales y que no estén basados en la prestación de servicios farmacéuticos".
En este sentido, considera esencial que los servicios siempre estén remunerados. "La prestación de servicios farmacéuticos es el único futuro profesional que tiene la farmacia. Por otro lado, la remuneración de los mismos resulta imprescindible para que se puedan poner en marcha y tengan continuidad en el tiempo".
De modo que uno de los problemas de los recortes contra la crisis, según Usua, es que se han basado en medidas cortoplacistas. "Necesitamos mirar hacia el futuro con vistas a largo plazo. La integración de la farmacia en el sistema sanitario debe ser cada vez mayor para evitar que la sostenibilidad continúe siendo un problema".
Cuando le preguntamos por la fórmula para alcanzar dicha integración: "Se ha de lograr mediante la implantación de servicios farmacéuticos en las farmacias remunerados por la sanidad pública". En el caso de la farmacia Cilveti, colaboran de forma activa en varios proyectos, como el estudio conSIGUE o los programas de ayuda domiciliara con la elaboración de SPDs, "iniciativas que potencian nuestra labor asistencial y nuestro valor como farmacéuticos comunitarios".
No se despide de nosotros sin antes hacer un balance del impacto de los recortes en la farmacia vasca. "Las medidas contra la crisis han afectado al beneficio económico de las farmacias. El copago farmacéutico ha conseguido un incremento notable de la no adherencia de muchos pacientes a sus tratamientos, y eso, en definitiva, se traduce en un mayor coste económico para el sistema de salud que ve cómo se incrementan los ingresos hospitalarios y las asistencias a servicios de urgencias".
