La vista, nuestro sentido más preciado

En las oficinas de farmacia se atienden a diario consultas relacionadas con patologías oculares. Es lógico, ya que los ojos son órganos especialmente sensibles, y al estar en contacto permanente con el medio externo están expuestos a todo tipo de agresiones que pueden solucionarse con ayuda del farmacéutico.

13/02/2018

El ojo, además de ser un elemento determinante en la expresividad de la persona, es el órgano que nos proporciona la visión. Su constante contacto con el medio lo expone permanentemente a todo tipo de agresiones físicas, químicas y biológicas capaces de producir molestias y patologías de distinta importancia, por ...

El ojo, además de ser un elemento determinante en la expresividad de la persona, es el órgano que nos proporciona la visión. Su constante contacto con el medio lo expone permanentemente a todo tipo de agresiones físicas, químicas y biológicas capaces de producir molestias y patologías de distinta importancia, por lo requiere de cuidados constantes para preservar su belleza y funcionalidad.

Además de los factores externos a los que están expuestos, en los ojos y en las zonas perioculares concurren una serie de factores anatómico-fisiológicos que hacen de estas áreas unas zonas extremadamente frágiles y sensibles, que requieren de cuidados específicos, del establecimiento de pautas de higiene, así como de un adecuado asesoramiento y atención sanitaria tan pronto como se detecten las más mínimas molestias, disfunciones o alteraciones funcionales. El farmacéutico será, con frecuencia, el primer receptor de consultas en este sentido y jugará un papel esencial en el temprano y adecuado abordaje de estos procesos patológicos.

La denominación ojo seco se utiliza para designar la afección ocular caracterizada por la escasez o falta de lágrima. Aunque a veces no seamos conscientes de ello, el ojo seco es una de las afecciones oculares más frecuentes.

La lágrima humana está formada por tres capas: una capa externa lipídica que previene la evaporación del líquido, una capa media acuosa que proporciona hidratación y oxígeno, además de otros nutrientes importantes para la córnea, y una capa interna de mucina que tapiza la córnea. Cada una de estas fracciones son producidas por glándulas diferentes.

Las pequeñas cantidades de grasa producidas por las glándulas de Meibomio son las que permiten la formación de la capa lipídica. Estas glándulas se encuentran situadas en el borde de los párpados. Las glándulas lagrimales, por su parte, se encargan de producir la capa acuosa (que constituye el 99% del total lagrimal). Estas glándulas están situadas bajo el párpado, en la zona superior externa de la órbita. Por último, la mucina, que compone la capa más interna, es secretada por unas células presentes en la conjuntiva. Con cada parpadeo la película lagrimal se distribuye por toda la superficie anterior del ojo, dirigiéndose el exceso de lágrima hacia la parte interna, cerca de la nariz, por donde a través de las vías lagrimales llega hasta las fosas nasales.

Si el farmacéutico es consciente de todos estos detalles, y de que muchas veces la causa de la sequedad son ciertos hábitos inadecuados o la toma de determinados medicamentos, no hay duda de la labor que debe realizar frente a este síndrome. Una serie de preguntas bien orientadas le permitirán dar el consejo adecuado, tanto en lo referente a hábitos y estilos vida como en lo tocante a la aplicación de un producto adecuado que resuelva o contribuya a paliar el problema de sequedad ocular.

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Autor: IM Farmacias
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