"La situación actual es muy grave. Existen en estos momentos pacientes en hospitales españoles y en otros países desarrollados con infecciones graves frente a las que no hay ningún antibiótico eficaz. Es una realidad que ni siquiera podíamos imaginar en los años 90 donde se auguraba el final de las infecciones por bacterias por la capacidad formidable de desarrollo de nuevos antibióticos", señala el también presidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), quien ha participado en la jornada Pasado, presente y futuro de los antibióticos, un proyecto de Responsabilidad Social Corporativa de Reig Jofre y la Fundación Isabel Gemio.
Según el Dr.
El origen de la crisis, recuerda el especialista, está en una "guerra biológica" donde las bacterias se han hecho resistentes a los antibióticos de forma más rápida que el ser humano ha desarrollado nuevos antibióticos. "Hemos abusado de los antibióticos y minusvalorado a las bacterias, que han desarrollado mecanismos de resistencia muy eficaces", explica el Dr. Cisneros.
Además, a su juicio, se han cometido más errores: "Los antibióticos son tan buenos que hemos pensado que son inocuos y no se ha tenido en cuenta su impacto ecológico. Hay países, como los nórdicos, con una conciencia muy clara y nítida de que los antibióticos sólo se deben tomar cuando están indicados por prescripción médica. No es el caso de España, que está a la cabeza del mundo en su consumo, y no hay razón climática, geográfica ni genética que lo justifique".
Como consecuencia de este consumo "extraordinario e injustificable" de antibióticos, se ha producido, además de un mayor impacto ecológico, una mayor tasa de resistencias, insiste el especialista del Hospital Universitario Virgen del Rocío, que recalca que España también está a la cabeza de Europa en incidencia por bacterias multirresistentes.
Por su parte, el Dr. Rafael Cantón, jefe de Servicio de Microbiología del Hospital Universitario Ramón y Cajal, indica que el problema no sólo es de salud pública sino que tiene impacto económico. El Foro de Davos incluye las resistencias a los antibióticos y los recursos que habrá que destinar para combatirlas como uno de los factores que puede limitar el crecimiento económico del planeta.
Y es que, según este especialista, "una infección por una bacteria multirresistente puede cuadruplicar los gastos de un paciente ingresado por una bacteria sensible a los antibióticos, e incluso llegar a los 20.000 euros de más de gastos derivados de una estancia hospitalaria más larga, la necesidad de más atención médica y de enfermería, y el uso de antibióticos combinados".
Otras acciones, apunta el Dr. Cisneros, pasan por evitar el incumplimiento de los tratamientos y la automedicación por parte de los pacientes; respetar siempre la prescripción facultativa de forma que en ningún caso se puedan conseguir los antibióticos sin receta médica; y seguir trabajando para que España deje de estar a la cabeza del mundo en el consumo de antibióticos en animales que provoca que se introduzcan en la cadena alimentaria.
Para el presidente de la SEIMC, es muy importante que la industria farmacéutica esté recuperando la investigación de nuevos antibióticos, y que la UE financie la investigación mixta público-privada para desarrollar fármacos estratégicos como antibióticos activos frente a bacterias multirresistentes con proyectos como la Innovative Medicines Initiative (IMI).
Pero también es básico, a su juicio, que los médicos prescriptores aprendan a manejar mejor los antibióticos existentes con programas de optimización. "El volumen de conocimiento que la Ciencia produce sobre los antibióticos es extraordinario y la formación continuada de un especialista dedicada a estos medicamentos es marginal. Ello justifica un uso inapropiado en todo el mundo, en España en particular, a lo que se suma la circunstancia local de que no exista la especialidad de enfermedades infecciosas, que son los especialistas en antibióticos", expone el Dr. Cisneros, que reclama que haya infectólogos formados por la vía MIR.
Por último, Carlos Lens, subdirector general de Calidad de Medicamentos y Productos Sanitarios del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, apuesta por el camino de la racionalidad, utilizar sólo los antibióticos cuando es necesario y la indicación sea clara, y evitar su uso "por complacencia" o "por si acaso", ya que ese "por si acaso" ha tenido un gran impacto ecológico, y ha generado mayor probabilidad de que se produzcan resistencias.