Sin duda su farmacia es una de las más históricas y con mayor solera de Herrera del Duque en la provincia de Badajoz. Con más de 100 años de antigüedad, aún conserva el gusto por lo castizo y una estética singular que recuerda a la antigua rebotica. "Me une a ...
Sin duda su farmacia es una de las más históricas y con mayor solera de Herrera del Duque en la provincia de Badajoz. Con más de 100 años de antigüedad, aún conserva el gusto por lo castizo y una estética singular que recuerda a la antigua rebotica. "Me une a la farmacia un sinfín de recuerdos y el cariño inmenso a las cajoneras, los mostradores y los morteros, igual que el que le unía a mi padre. Él me inculcó el amor por la farmacia, la fe en la profesión y la devoción por la ciencia. Supe que era el momento de dar un paso adelante en mi vida y afrontar el reto que se me planteaba: adaptar la farmacia a mi propia personalidad y a los nuevos tiempos que corrían". Y así fue como María López emprendió el camino como farmacéutica que le ha llevado hasta nuestros días. "No puedo negar que los comienzos fueron duros, volvía al pueblo después de 13 años fuera, pero contaba con el mejor equipo y con una gran inquietud científica".
Orgullosa de su profesión, esta joven farmacéutica vive intensamente el día a día sin perder de vista el esfuerzo por mejorar y seguir creciendo. "El farmacéutico es el profesional sanitario más cercano al paciente. El mostrador da muchas satisfacciones, el valor del consejo farmacéutico es incalculable, y hacer accesible el medicamento en aras de la salud del paciente en un acto tan sencillo como es la dispensación es un reto cotidiano al que nos enfrentamos todos los días". Pero esta aportación esencial no ha sido vista por todos igual. "Echo en falta por parte de las instancias políticas un mayor reconocimiento del farmacéutico como agente de salud pública".
Optimista por naturaleza, María reivindica el modelo de farmacia mediterráneo. "Según la Ley General de Sanidad y la Ley del Medicamento, las oficinas de farmacia son establecimientos sanitarios privados de interés público sujetos a la planificación sanitaria que establezcan las Comunidades Autónomas, en las que el titular-propietario de las mismas deberá actuar como garante del medicamento, de las prescripciones médicas y de la atención farmacéutica", admite, para concluir: "Y todo ello dentro de un modelo de farmacia mediterráneo basado en la accesibilidad y la cercanía. Por tanto, creo que hay un solo modelo de oficina de farmacia en España sobre el que planea el fantasma de la liberalización".
Frente a esta amenaza de liberalización sólo cabe según María "visibilizar la farmacia como espacio de salud, y no únicamente de enfermedad, esto es, llevar a cabo una reorientación de la oficina de farmacia haciendo de los servicios profesionales su nueva bandera. En un entorno cambiante, estas nuevas reorientaciones siempre son positivas".
Precisamente los servicios profesionales son esenciales para el futuro. "Se establecen como un complemento al desarrollo normal de las funciones del farmacéutico en la oficina de farmacia. De hecho, algunas CCAA han visualizado el potencial de estos servicios y los han empezado a financiar. Por ejemplo, en Euskadi se financian los SPD. En Extremadura todavía nos queda mucho camino por recorrer en ese sentido".
Y es que el problema de la sostenibilidad ya representa una realidad para muchas farmacias del entorno rural. "Conseguir que la farmacia sea sostenible en el tiempo es un reto difícil de abordar, y para ello debemos formarnos", advierte, y añade: "La crisis ha afectado a la farmacia en general y a la gestión de compras en particular. La figura del farmacéutico despreocupado ha desaparecido dando paso a un farmacéutico comprometido con los números. También nos ha servido para fortalecernos, identificar nuevas oportunidades y ser más cautos en todos los sentidos".
