Cáritas muestra en la Cañada Real cómo la vida de menores desfavorecidos puede mejorar

Todas las empresas de distribución farmacéutica de gama completa, a través de Fedifar, se han implicado en la primera acción de la campaña ‘Distribución farmacéutica: 365 días solidarios’, con la que se colabora con Cáritas en el apoyo escolar y la alimentación de familias desfavorecidas.

06/06/2018

La visión que se suele presentar de la Cañada Real Galiana (Madrid), el asentamiento chabolista más grande de Europa, es la de la droga y la de la delincuencia. Cáritas ofreció este jueves otra mirada, mucho más humana, a la comitiva de la Federación de Distribuidores Farmacéuticos (Fedifar) que acudió ...

La visión que se suele presentar de la Cañada Real Galiana (Madrid), el asentamiento chabolista más grande de Europa, es la de la droga y la de la delincuencia. Cáritas ofreció este jueves otra mirada, mucho más humana, a la comitiva de la Federación de Distribuidores Farmacéuticos (Fedifar) que acudió al acto de presentación de los resultados de la campaña Distribución farmacéutica: 365 días solidarios, en su parte de apoyo escolar y de ayudas escolares a jóvenes y niños de familias desfavorecidas. Se celebró en el Centro Socioeducativo de Cáritas Madrid en Cañada Real.

Eladio González Miñor, presidente de Fedifar, reconoció que antes de colaborar con Cáritas en el apoyo escolar y la alimentación de familias desfavorecidas conocía a esta ONG de una manera bastante superficial. "Cuando me he visto metido dentro de este proyecto, he empezado a obtener información sobre lo que es y lo que hace. Me he quedado sorprendido; de lo que hace, de la intensidad y de lo bien hecho que está", declaró. Aseguró que la distribución farmacéutica tiene un fuerte compromiso solidario. Ante miembros de varias cooperativas, consideró que es un honor el ir hasta la Cañada Real y el poder contribuir "a mejorar las condiciones de vida de personas y niños en situación de pobreza y de vulnerabilidad".

El Centro Socioeducativo de Cáritas Madrid en Cañada Real.

Manuel Bretón, presidente de Caritas Española, contó que era la segunda vez que pisaba la Cañada Real desde que es presidente de la ONG. "Ante esta realidad, quisiera resaltar que es aquí, en proyectos como éste, donde se siente la identidad y nuestro trabajo como Iglesia. La educación, la salud y la prevención son realidades en las que trabajamos con asiduidad para que personas que nos confían sus vidas puedan ser autosuficientes", subrayó. Sostuvo que el acuerdo con Fedifar hará posible que faciliten la integración de muchos menores, mejorando su rendimiento escolar y sensibilizando a la población sobre ellos. Apostó por crear sinergias con las empresas para que la vida de los más desfavorecidos pueda mejorar.

Luis Hernández Vozmediano, director de Cáritas de Madrid, dio las gracias por poder presentar "la cara amable" de La Cañada Real. Aseveró que no es sólo droga y delincuencia, como se suele ver muchas veces en los medios de comunicación, y que "su población quiere salir adelante". Explicó que el objetivo de los proyectos de infancia de Cáritas Madrid es la prevención y la intervención socioeducativa, tanto de los niños como de las familias. La idea es darle espacios de referencia y trabajar en apoyo escolar, en hábitos saludables, en ocio y tiempo libre y en habilidades sociales. "Son procesos de desarrollo personal. Queremos promover una relación entre iguales. Son familias que han tenido una infancia dura", dijo. Hay más de 900 voluntarios que están trabajando en sus proyectos de menores.

De izda. a dcha.: Luis Hernández Vozmediano, director de Cáritas Madrid; Eladio González Miñor, presidente de Fedifar; Manuel Bretón, presidente de Cáritas Española; Leandro Martínez, vicepresidente de Fedifar y consejero de Bidafarma; Rosa Martínez, consejera Grupo Cofares; Pablo Choza, responsable de proyectos de Cáritas en Cañada Real; y Latifa, Licenciada en Humanidades y voluntaria de los proyectos de Cáritas en la Cañada Real; Emilio Martínez Imaz, consejero del Grupo Cofares; Miguel Valdés, director general Fedifar.

Pablo Choza, responsable del centro visitado, que se encuentra en una antigua fábrica de muebles, remarcó que la Cañada Real Galiana es el asentamiento chabolista más grande de toda Europa, con 16 kilómetros por todo Madrid. "Nosotros atendemos en el sector 6, donde hay más de 3.000 personas. De éstas, más de 1.200 son menores", informó. Relató que sufren sobre todo el acceso a los suministros y que no existe un autobús de ruta para que los niños vayan a clase. Los menores, una vez que acaban la educación obligatoria, no tienen cómo llegar a los centros educativos. El sector 6 tiene seis kilómetros. Hay fundamentalmente población gitana-rumana, gitana-española y en la zona de la fábrica vive sobre todo población musulmana. "Nuestro objetivo es dignificar la vida de las personas que viven aquí", aseveró. Allí se ha puesto en marcha un aula infantil para menores de tres a seis años, escolarizados o no en el segundo ciclo de educación infantil pública en horario de mañana. Se pretende reforzar el aprendizaje que se realiza en la escuela pública y motivar a la asistencia a la misma a aquellos que no lo hacen, con la intencón de disminuir las desventajas curriculares y de habilidades sociales con las que parten estos menores. Se trata de un proyecto concebido para que todos los espacios (entrada, desarrollo de las actividades, merienda, aseo, salida, etcétera) tengan un objetivo educativo. Tienen una colonia urbana y, desde el año pasado, realizan campamentos fuera de La Cañada Real. Hay actividades con adolescentes, con jóvenes, con las familias, formación profesional, un taller de peluquería. En este espacio se trabaja para que los procesos de escolarización empiecen a los tres años.

El momento más emotivo lo puso Latifa, licenciada en Humanidades y voluntaria de los proyectos de Cáritas en la Cañada Real. Ella creció y sigue viviendo en la Cañada Real. Tenía claro que quería ir a la universidad y tuvo sus dificultades. A los 16 años, le dijeron que no tendría ruta para ir al instituto. No se la consiguieron. De acuerdo con su relato, nadie le hizo mucho caso, pero decidió volver. "Tenía que ir andando. Los días de lluvia eran los peores. Tengo mis historias con el barro", describió. Su padre trabajaba, por lo que no podía llevarla. Ahora, estudia un máster. "Llevo 20 años viviendo aquí. Cuando digo que vivo en La Cañada; se sorprenden, no se lo creen. A veces, evito decirlo por las caras de sorpresa", confesó. Choza hizo hincapié en el valor que conlleva el que ella colabore con Cáritas, porque "puede ser un espejo" para los menores que acuden al centro. Su historia es "un plus de riqueza".

FOTO PRINCIPAL: De izda. a dcha.: Luis Hernández Vozmediano, Manuel Bretón, Eladio González Miñor, Pablo Choza y Latifa.

Autor: IM Farmacias
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