El consumo de los nutracéuticos en España es aún muy reducido en relación a los países de nuestro entorno. Gonzalo Peñaranda, director general de Aora Health, pone en valor los datos de un informe de mercado realizado por Transparency Market Research de Albany (Nueva York, EE UU) que cifra el ...
El consumo de los nutracéuticos en España es aún muy reducido en relación a los países de nuestro entorno. Gonzalo Peñaranda, director general de Aora Health, pone en valor los datos de un informe de mercado realizado por Transparency Market Research de Albany (Nueva York, EE UU) que cifra el mercado global de los productos nutracéuticos de 2017 en 204,8 mil millones de dólares. Arroja varias preguntas sobre este tema: "¿A qué se debe la falta de concienciación sobre los beneficios de estos productos y la necesidad de incorporarlos a nuestra vida diaria?", "¿Estamos los españoles menos preocupados por nuestra salud?" y "¿Llevamos una vida más saludable, o una dieta más equilibrada?".
Peñaranda opina que dar respuesta en pocas líneas a todas estas preguntas sería demasiado complejo. Sin embargo, como director general de una empresa especializada en el desarrollo de nutracéuticos le gustaría que se tomara el reto de plantear cada una de ellas. Además, cree conveniente analizar los motivos por los que aún de manera generalizada se percibe como extraño el complementar la alimentación básica con productos especialmente diseñados para mejorar nuestra calidad de vida.
Una denominación relativamente nueva
"El desconocimiento sobre lo que son realmente estos productos puede incidir a la hora de evitar su uso", señala. La denominación es relativamente nueva y no se ha grabado todavía en la conciencia del consumidor. Asimismo, "hay que reconocer que ha existido, y existe, una gran cantidad de oferta de productos con múltiples indicaciones y dudosas promesas que genera desconfianza sobre su eficacia real".
El término nutracéutico fue acuñado en 1989 por el Dr. Stephen DeFelice, presidente de la Fundación para la Innovación en Medicina (Foundation for Innovation in Medicine, FIM), en Cranfor (Nueva Jersey, EE UU), partiendo de los conceptos nutrición y farmacéutico. Se definió como "un alimento o parte de un alimento que proporciona beneficios médicos o para la salud, incluyendo la prevención y/o el tratamiento de enfermedades". Peñaranda matiza que "realmente DeFelice puso nombre a un concepto que venía siendo utilizado por el hombre desde el paleolítico y que ya se encontraba en pleno desarrollo en diferentes culturas, donde ya utilizaban los alimentos como medicamentos desde hace miles de años".
Nuestra sociedad está enfocada a la inmediatez. Estamos acostumbrados a preocuparnos por las cosas cuando ocurren, y no tanto a combatirlas antes de su aparición. Tratamos las enfermedades cuando ya las sufrimos, "sin darnos cuenta que podemos ayudarnos a nosotros mismos y evitar muchos problemas de salud por medio de la prevención". Por otro lado, "somos permanentes consumidores de tendencias". En ese sentido, gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías, incorporamos muchísima información de fuentes diversas, que van creando opiniones e ideas preconcebidas en nuestro subconsciente. Las asimilamos como verdades absolutas y marcan nuestras pautas de comportamiento. Peñaranda pone un ejemplo: "Si nos preguntamos sobre nuestro país, estaremos de acuerdo en afirmar las bondades de su clima, la variedad de su comida, en que la dieta mediterránea es beneficiosa para nuestra salud". Alega que se pueden asumir esas afirmaciones como ciertas y que "no deberíamos ignorar que la alimentación es un factor esencial para nuestro organismo".
De esta manera, "hoy en día, es absolutamente indiscutible por la ciencia y la medicina que, para diversas patologías, es necesario un control preciso y exhaustivo de los nutrientes que los pacientes ingieren". Describe que, mediante la alimentación de usos médicos especiales, pacientes oncológicos, pacientes quemados, personas mayores, y muchos otros, reciben dietas enterales con nutrientes personalizados a su situación. Igualmente, en atletas de élite, nadie duda hoy que los nutricionistas especializados, que controlan al máximo detalle su aporte de nutrientes, son parte esencial de los éxitos alcanzados.
¿Somos diferentes el resto de humanos? La respuesta de Peñaranda es un rotundo "no". Determina que se debe trabajar precisamente para que, "aunando tradición, ciencia e investigación, se avance hacia la alimentación del futuro, que será más personalizada a la situación y momento de cada persona". Insiste en que hay que contribuir a seguir avanzando en la prevención, en la mejora de la salud, en la longevidad y en la calidad de vida de los seres humanos.
Para conseguirlo, hay que colaborar con los centros de investigación especializados en cada área de aplicación e identificar las moléculas bioactivas presentes en la naturaleza y que pueden representar un beneficio para nuestro organismo. Hay que combinarlas buscando sinergias entre ellas en la funcionalidad identificada. Así, "nos aseguramos que el cuerpo absorbe las cantidades adecuadas y que son estables". Mediante estudios clínicos supervisados por especialistas, se debe evidenciar que lo que se ha realizado en el laboratorio tiene un efecto real en las personas. El director general de Aora Health enfatiza que, "de momento, funciona"
"Somos varias empresas en el mundo que investigamos, probamos, trabajamos con rigor y ofrecemos soluciones nuevas a problemas antiguos y a otros nuevos que van surgiendo. Entre todos vamos a ir ofreciendo productos eficaces que se incorporen a los hábitos de nuestra vida y nos ayuden a vivir mejor. Podremos reducir el gasto global sanitario y acelerar este cambio", manifiesta. Para ello, según sus palabras, "es imprescindible que se actúe invirtiendo en salud, en cuidar la alimentación y en suplementar, adaptándose a cada circunstancia, con nutracéuticos de calidad".
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